Verbos por dentelladas Noelia Illán Conesa RaVeNsWoOld Books Editorial Cartagena, 2016 |
VERBOS POR DENTELLADAS
En la senda intelectual de Noelia
Illán Conesa (Cartagena, Murcia, 1983) conviven disciplinas complementarias,
que fortalecen una versión personal del taller literario. Licenciada en
Filología Clásica y docente en ejercicio, ha realizado versiones crítica sobre el legado de Ovidio y
es una estudiosa reconocida del quehacer de José María Álvarez, de
quien publicó en 2015 la antología El oro
de los tigres, y sobre cuyo papel en la generación del setenta prepara un libro de conversaciones. Es
codirectora de la revista La galla
Ciencia y activa presencia en debates, revistas, antologías contemporáneas y lecturas poéticas. Su carta lírica,
Calamidad y desconcierto se acaba de
reeditar y ahora publica su entrega Verbos
por dentelladas. Vida de poeta, sin duda, una existencia pasional que
celebra a cada instante el verbo necesario y hace del tiempo consunción y
entrega para afrontar la soledad en compañía del poema y desacralizar el status
de autor con sitio propio en cualquier torre de marfil ; sus versos niegan esas utopías ficcionales que imaginan la autonomía verbal como
un asunto áulico. Escribir es sentir, dar presión a las repletas arterias de la vida al paso. Con precisa franqueza y fidelidad al relato realista, que
convierte al protagonista verbal en conciencia mimética, asume un reflejo
especular que constata límites. De esa mirada intencional que busca
equilibrio y cercanía se nutren composiciones como “Vida de un poeta” y
“Desconcierto”. La escritura permite superar cualquier encasillamientos reductivos y crea realidades suplementarias que amplían, con naturalidad, la
manera de estar: “Deseo el atardecer lento / pausado y mío, de Buda con Pest a un costado. / El caminar de
mujeres en calles y trenes, / el vino dulce de los años dorados. / Deseo la
vida de poeta, / pero ando lejos de alcanzarla / desde este sillón tan negro y
estéril, / con estos versos que no me tapan ni los pies”.
Los textos transmiten
una percepción cosmopolita y dan vida a entornos habitables que buscan
coordenadas en cualquier geografía imaginaria. Por las rendijas del poema se
filtran escenarios de la tradición –Paris, Roma, Venecia, San Petersburgo,
Buda…- y en sus laberintos instalan sus aceras las calles del ahora, manchadas
por el relente y la intemperie, como si cada ciudad se fusionara en un solo
molde, en una abstracción en la que se desenvuelve la existencia del sujeto verbal,
incluso el afán del personaje real, deshabitando incertidumbres en el plano laboral de
Cartagena.
Imaginación y realidad adquieren dimensiones referenciales para moldear en la textura aleatoria del poema un mundo propio, creativo y dinámico. En él Noelia Illán Conesa sitúa las
esquinas del paisaje urbano, una acuarela decadente, donde un aire de irónico
malditismo concede a los personajes una versión suburbial que rebaja
expectativas vitales. Como si la existencia no fuese más que una moqueta sucia
por la que camina la terca
insistencia de una soledad tediosa que multiplica fotogramas de un mundo gastado,
a punto de anunciar algún derrumbe, pero con sitio fijo para el paso discreto
de la imagen feliz, de un regreso a Venecia.
Así es mi niña....
ResponderEliminarUna gran poeta, que hace de la escritura una senda interior y una ventana al otro. Un fuerte abrazo y mantén a Noelia tan activa y entrañable como ahora. Besos desde Rivas.
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