La casa de los encuentros Martin Amis Anagrama, Colección Compactos Barcelona, 2008 |
UN TIEMPO DE BARBARIE
Como una indagación en los efectos más
tóxicos del sectarismo ideológico, La casa
de los encuentros es una de las novelas más definitorias de Martin Amis (1948), quien desde la amanecida de su creación
alterna en sus entregas la obra ensayística y las propuestas ficcionales.
Cargada de verosimilitud testimonial, y
con un denso trabajo histórico preparatorio, la novela sitúa su marco narrativo
en la zona ártica de la extinta Unión Soviética, entre la finalización de la
segunda Guerra Mundial y la muerte de Stalin, una etapa de afirmación plena del
estalinismo a través de una represión política generalizada, repleta de
asesinatos, confinamientos y deportaciones. Un verdadero régimen de terror
impulsado por un líder neurótico.
En el campo de prisioneros de Norlag,
bajo condiciones climáticas polares, un narrador sin nombre relata su propia
historia y su coraje por sobrevivir a la degradación de cualquier esperanza. Ignora
qué ha impulsado su confinamiento porque tiene convicciones marxistas y ha sido
un combatiente con impecable hoja de servicios. Pero la lógica política nunca
es brújula en una dictadura y él y su hermano son confinados durante un largo
tiempo en el que se prodigan los castigos más bárbaros. El personaje tiene en
su hermano una razón para filtrar su tiempo en el infierno humano de Norlag y
para recuperar en su memoria distintos momentos vitales que emparejan la
existencia de los dos hermanos y su disparidad vital.
Los dos están enamorados
de la misma mujer y los dos difieren en su forma de ver lo cotidiano. El
hermano menor, Lev, es poeta, su frágil cuerpo apenas convoca gestos de
rebeldía y acaba abrazando un pacifismo repleto de quietud que lo convierte en
cualquier instante en la víctima propiciatoria. El narrador, en cambio, es una
voluntad bélica, cuya ambición lo sitúa en los primeros sitios del liderazgo
rebelde en el campo. Y después, cuando todo concluya y se reintegren a la
existencia habitual, buscará sitio en el tejido social para escalar su posición
y vivir en condiciones económicas despejadas de miseria.
En la obra de Martin Amis resuenan ecos
de Nabokov y Conrad. El tiempo narrativo se desliza con pasos épicos para
buscar un horizonte que asegura que no existen paraísos perdidos, que en
cualquier recodo de la existencia aguardan el horror y la melancolía, dos
sombras que solo una voluntad de hierro puede alejar, pero cuyos efectos
secundarios se quedan para siempre.
No conozco al autor, pero parece interesante su lectura ¿no?
ResponderEliminarEs lógico que no conozcamos la obra de muchos autores. No pasa nada. Cada libro es un camir. Abrazo grande
ResponderEliminarQuise decir camino
ResponderEliminarGracias por la recomendación. La tengo en cuenta. Besos,
ResponderEliminarEs un novelista comprometido con el acontecer histórico, Susana, y su forma de entender la narración huye de cualquier conformismo. Un gran abrazo.
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