Mujer de hielo Fotografía de www.fotonatura.org |
MUJER TÉMPANO
Insulsa, altiva, siempre
ascendiendo por la rama más alta de la vanidad, siembra cada jornada cirros
sucios en los cielos más claros. Si te mira abre grietas, desanda cicatrices y
provoca el goteo de un malestar sesgado, que desconoce la razón de la culpa.
Como una esfinge sin secreto,
renace en la mañana, con su tacto de frío, la mujer témpano.
Ni que decir tiene que la mujer témpano tiene un rostro plural, que habita en los rincones de muchas ciudades, y que en todas partes muestra una tipología coherente hecha de fealdad y frío.
ResponderEliminarQué bien la has diseccionado a golpe de palabras.
ResponderEliminarAbrazos
Sin que se sepa mucho Tracy, debo decirte que su mirada es tan fría que lo ártico parece un balneario cuando está ella... Gracias por estar y por fabricar a cada instante otras tipologías más habitables.
EliminarLa mujer tempano , existe? Es aquella a la cual todo le es indiferente? Incluso sangre de su sangre? Tan enfermizo el malestar de los buitres que rodearon su casa al percatar su ausencia. Bocados esbeltos, cuerpos ya extintos y bocanadas de amargo existir. Es ella? Vive aún? Quiero conocerla. Compartir su vida que será mi muerte a su lado. Es excitante escribir sobre lo que me atrae. La Parca. Tan presente
ResponderEliminarQué excelente sugerencia narrativa. Sí, la mujer témpano existe; yo conozco su frío, su resentimiento, su mirada de hielo que oscurece las cosas. De cuando en cuando nuestros pasos se cruzan. Ella baja los ojos; yo siento en cada poro su piel de escarcha.
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