Los consejos no son un buen sitio para quedarse a vivir Rosendo Cid Texto e Ilustraciones Papeles Mínimos Editorial / Graphica Madrid, 2018 |
EN LAS ORILLAS DEL YO
Licenciado en la especialidad
de escultura, artista visual y narrador, Rosendo Cid (Ourense, 1974) impulsa
una trayectoria personal de ensamblaje, abierta a la yuxtaposición de géneros, en la
que se combinan muestreos y posibilidades expresivas. Así han ido sucediéndose
estaciones creadoras como 365
maneras de estar en el mundo, conjunto de viñetas, 5000
veces pintura, inmersión aforística, y Eduardo Torres. El hombre que rayaba periódicos, libro en torno a
una identidad ficcional. Son frutos a los que se suma el conjunto de relatos 36 vidas breves y el trabajo ensayístico
sobre Arte Contemporáneo con el que logró el I Premio CGAC de Investigación y
Ensayo.
Ahora sigue la estela de
aforistas como Eugenio d’Or, Rafael Pérez Estrada, Luis Felipe Comendador y
Ramón Eder, pero también la lluvia de afinidades con humoristas gráficos de los
medios de comunicación como Forges, Peridis o El Roto, y presenta en la colección
Graphica de Papeles Mínimos un regalo visual, Los consejos no son un buen sitio para
quedarse a vivir. Es una entrega que cuida al máximo la condición del libro
como objeto estético y artesanal, como producto sensorial que unifica
pensamiento y sensaciones.
Las páginas contienen casi
cincuenta ilustraciones realizadas con bolígrafo. En su trazo simple y en
su color azul se legitiman el humor, la ironía y una mirada onírica que
traspapela el esquematismo figurativo para testificar diálogos con
sobresaltos, entre elementos reales y aportes ficticios, capaces de modificar
la percepción visual o crear en los sentidos un cierto desasosiego.
Junto a cada imagen, el
aforismo, en cuerpo de letra grande, que acrecienta la sensación de frase
categórica, extrapola un consejo, una observación al paso, un esqueje verbal
que también necesita su prevención de primeros auxilios para no cortarse con el
filo leve de la inteligencia. Al cabo: Los
consejos no son un buen sitio para quedarse a vivir; las visiones del
mundo, de nuestro entorno y de las relaciones personales que conforma la vida
colectiva necesitan la mirada interior, esos espacios que deben sondean la
curiosidad y la experiencia, para no ceñirse a los límites prefijados por la
opinión ajena.
Algunos aforismos tienen el
tono solemne de los moralistas: “Aspiremos a no entenderlo todo sabiendo que a menudo nos embarcaremos en viajes a
ninguna parte”. Y hacen de la condición admonitoria de quien los formula un
ejercicio de claridad, una senda cognitiva. Pero una de las
características esenciales del taller conceptual del aforismo es su autonomía
de criterio, su deambular aleatorio por sustratos temáticos aparentemente
dispersos, aceptando que “el azar es una disciplina que no puede desestimarse”.
Rosendo Cid, en su quehacer
doble de sujeto reflexivo y artista plástico que captura mariposas azules, nos
presenta un libro de gratísima lectura, en el que los chispazos de la inteligencia
muestran las raíces de la reflexión, como si recordara aquel deseo onírico de Juan Ramón Jiménez de que las alas arraiguen y vuelen las raíces. Para que
nos sintamos aéreos, para que la realidad nunca tenga ese aire de familia de lo
gregario y explore caminos nuevos, en los que el día aflore en otra dimensión.
Una propuesta muy interesante de arte compartido para todo el mundo, pero sin duda para aquellos a los que nos gusta trepar por las diferentes ramas del árbol de lo artístico. Una buena manera de hacer volar las raíces del alma. Abrazos amigo y gracias!
ResponderEliminarMuy agradecido por tu lectura, querido Luis, y por tu atención extrema al trabajo crítico sostenido en el tiempo. la edición es tan hermosa que no he podido omitir el juicio crítico sobre su contenido. Sé que el mercado aforístico está muy saturado, pero sé también que es una verdadera fortuna que haya nombres propios que buscan sendas diferenciadas. Me ha gustado ese contexto habitable entre la imagen y el aforismo; es muy sugerente. Feliz día.
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