Erizo europeo común Enciclopedia de Ciencias Naturales |
MUTACIÓN
Sin motivos conocidos, cobijó su afecto bajo una severa dermis espinosa. Su estar diario se hizo silencio. Después se fue fortaleciendo en su callar un odio que rompió su cáscara y salió al día. Ahora, furtivos los sentidos, espera que yo encuentre la caligrafía del dolor. Su voluntad aguarda.
No puede perdonarme todo lo que me debe.
(De Cuentos diminutos)
Provocador y estimulante...
ResponderEliminarGracias querido amigo por tu afecto y por tu amistad.
EliminarEstupendo. El final es agitador.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un abrazo grande y sin púas, querida amiga, y hablamos pronto, al regreso, para saber cómo te encuentras. Feliz jornada.
EliminarExcelsa brevedad
ResponderEliminarGracias querido amigo y seguimos caminando juntos en la amistad y en la escritura.
EliminarIntuyo resentimiento en este cuento, José Luis. Me gusta esa imagen de la dermis espinosa. ¡ Cuántas veces nos volvemos espinas para no dejar al descubierto nuestra vulnerabilidad!. Y luego esa última frase certera... qué poco nos gusta deber y depender de los demás, qué poco nos dejamos querer, a veces.
ResponderEliminarMagistral, como siempre.
Abrazo enorme!
Sandra.
la lectura de cada texto es en muchas ocasiones, querida Sandra, una senda nueva para el autor; es evidente que en el cuento el resentimiento es un sustrato fuerte, pero también la esperanza de que el dolor causado haga recapacitar a quien lo distribuye. Un fuerte abrazo.
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