Conmesura contenida y aire lánguido, habla mal de los escritores contemporáneos. Le queda, dice, el infinito espacio de los clásicos, esa escalera plegable por la que ascienden los iluminados por la alta cultura. Así
plagia mejor y nadie advierte. Aquella mañana escribió un soneto
admirable de seis versos. Hay gente que calla con exceso de aparato
crítico. Hermética sedante. En la oscuridad
opaca de una frase se quedó dormido. Para despistar al invierno de su
senectud, pone en sus carencias diarias un entusiasmo juvenil.
No sé si el adjetivo es justo y define la intencionalidad de los aforismos; soy un soso vocacional, en cualquier caso, y no viene mal condimentar las palabras con un poco de sal. Fuerte abrazo siempre, querida poeta.
Pobre. A pesar de lo leídos que tenemos a los clásicos, hemos evolucionado y por supuesto también hay que leer a los contemporáneos, donde hay una buena cosecha de poetas extraordinarios. Esa cortedad de miras también la he sentido yo en algunos retrógrados. Pues, Luis, a seguir mirando hacia adelante, la evolución cultural que es buena, nadie la para. Un abrazo.
Gracias por tu comentario, querida Carmen, los breves son un toque de atención frente a la vanidad de los que hablan siempre desde el púlpito, lejos del tono humilde que requieren las palabras; cada escritor es suma que enlaza tradición y taller... Muy agradecido de nuevo por tu complicidad lectora.
Aforismos picantes. Por la sal, claro.
ResponderEliminarNo sé si el adjetivo es justo y define la intencionalidad de los aforismos; soy un soso vocacional, en cualquier caso, y no viene mal condimentar las palabras con un poco de sal. Fuerte abrazo siempre, querida poeta.
EliminarPobre. A pesar de lo leídos que tenemos a los clásicos, hemos evolucionado y por supuesto también hay que leer a los contemporáneos, donde hay una buena cosecha de poetas extraordinarios.
ResponderEliminarEsa cortedad de miras también la he sentido yo en algunos retrógrados.
Pues, Luis, a seguir mirando hacia adelante, la evolución cultural que es buena, nadie la para.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, querida Carmen, los breves son un toque de atención frente a la vanidad de los que hablan siempre desde el púlpito, lejos del tono humilde que requieren las palabras; cada escritor es suma que enlaza tradición y taller... Muy agradecido de nuevo por tu complicidad lectora.
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