Pensión Australia Alberto Arce Publicacions de la Universitat de València Valencia, 2022 |
NUBOSIDAD VARIABLE
Con su tercer paso, Pensión Australia, consiguió el XVIII Premio César Simón, un certamen poético impulsado por la Universitat de València y el municipio de Villar del Arzobispo. Es importante recordar que el escritor dedicó su trabajo final de grado a relacionar las voces nucleadas en torno a la revista Contemporáneos. La publicación estaba dirigida por Francisco Bejarano y José María de la Flor, se editaba en Jerez de la Frontera, durante la década de los ochenta, y continuaba la estela abierta por Fin de Siglo que abría cauce a la estética figurativa, sala polivalente que no tardaría en convertirse en brújula esencial del momento, bajo la etiqueta de poesía de la experiencia. Entre los protagonistas de la estética figurativa encuentra Alberto Arce sus asideros más sólidos, aunque sean compatibles con otras influencias como Jaime Gil de Biedma y Ángel González, dos magisterios de la generación del medio siglo.
Con este legado se conforma la mirada personal que alumbra los poemas de Pensión Australia, cuya primera parte “La teoría del caos” recorre al intimismo de la voz confidencial para alumbrar el rostro del ahora. Se escucha la fatigosa respiración de un presente de espera e incertidumbre, en el que los sueños apenas encuentran cama y las ilusiones ante el porvenir son comensales con malnutrición endémica.
El hablante verbal percibe su trayecto existencial como un recorrido tanteante, de decepciones y oquedades; un trayecto de grisura y ceniza que apenas deja huella entre el declinar fugaz de lo contingente. Solo el aporte sentimental mantiene el paso en ese rastro de escenarios cambiantes de lo cotidiano y se convierte en asunto argumental de composiciones como las enlazadas en el apartado “Máscaras venecianas” cuyos enunciados recuerdan las anotaciones de un cuaderno de viaje.
La razón del poema está presente en composiciones metaliterarias en las que resuena el verbo a media voz del poeta menor que no desea ningún engolamiento en el oficio, sino una manera sencilla y directa de afrontar la temporalidad del discurrir, mientras el mundo gira, previsible y cansado. “Poética anticostumbrista” y “Traje a medida” comparten, con un notable poso de ironía, el precario paso de la escritura y su regodeo en la insatisfacción. La poesía tiene una piel frágil y poco que esconder, comparte espacios de supervivencia y deja sitio en su retina a los desajustes de un tiempo de apartamentos sucios y rentas bajas.
Alberto Arce suma a la práctica poética una dicción enunciativa y limpia, que opta por el despojamiento metafórico para que alce vuelo una expresión concisa, cercana, conversacional que testifica la normalidad de un aquí previsible, cuyo credo vital entronca con la supervivencia. El lenguaje del poema, desde su entrelazado de subjetividad y teoría, tiene siempre la posibilidad de convertir los ecos de esas palabras de familia tibiamente gastadas en amanecida y umbral; y así lo corrobora el verbo transparente de Alberto Arce. Poesía para seguir caminando por las calles del día, donde todo parece igualitario y gris, donde nunca se apaga ese rumor continuo del asombro.
JOSÉ LUIS MORANTE
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