Presentación de Nadar en seco (Lunes, 23 de enero, 19,15) Sala Miguel Hernandez, Centro Social de Covibar |
Entrevista
con JOSÉ LUIS MORANTE
Desde
la publicación de su primera entrega poética Rotonda con estatuas (1990) han transcurrido más de treinta años,
casi el mismo tiempo que vive en Rivas, donde José Luis Morante es una
presencia cultural imprescindible. El próximo 23 de enero regresa a la Sala
Miguel Hernández, en el Centro Social Covibar, para presentar el libro de
poesía Nadar en seco, editado por la
editorial de Puerto Rico Isla Negra.
La crítica ha sido durante muchos años, la primera opción de tu itinerario creador. ¿Podrías resumirnos cómo ha sido esa larga dedicación lectora?
Creo que sobre cualquier otra consideración soy poeta. Es verdad que llevo muchos años haciendo crítica literaria, pero ese quehacer no merma mi voluntad diaria de dar vuelo a la poesía, de buscar esos hilos sueltos de verdad y belleza que dejan su estela emotiva en el aire.
Crítica, prosa didáctica, aforismos, poesía… Sobre tu mesa de trabajo una sosegada convivencia de géneros.
La escritura es un paisaje abierto, que suma muchos ángulos de visión; la biblioteca es una condensación de estrategias literarias, cada una de las cuales con sus rasgos específicos. Y desde esa práctica se conforman nuevos proyectos, como si encontraran en la diversidad su molde particular, su forma, su rostro propio.
El nuevo libro Nadar en seco apuesta por un título muy expresivo. ¿Qué significado contiene?
Creo que el título de un libro es muy importante porque traza la dirección exacta de la lectura. La expresión “nadar en seco” alude a nuestra condición de supervivientes; vivimos en un tiempo repleto de extrañeza y dificultades y hay que aprender a mantenerse a flote, aunque nada empuje hacia la playa. Resistir es esa obligación de encontrar a diario una razón de vida.
Cada libro encierra un desarrollo argumental ¿Cómo nacen los poemas de Nadar en seco?
La poesía tiene una doble fuente de inspiración, desde mi punto de vista. Por un lado, desde la experiencia existencial se van acumulando experiencias, conocimientos, decepciones, sueños, secuencias que van componiendo un trayecto muy aleatorio que aporta muchos indicios a la escritura. Y junto a esa fuente primaria está la lectura, el quehacer diario en torno al libro que nos muestra la obra de los poetas en el tiempo; la escritura tiene una génetica con muchos precedentes.
La editorial Isla Negra de Puerto Rico es, junto a la editorial valenciana Crátera, la que ha propiciado la edición de su libro. ¿Qué novedades supone editar en Latinoamérica y en El caribe?
La crítica ha sido durante muchos años, la primera opción de tu itinerario creador. ¿Podrías resumirnos cómo ha sido esa larga dedicación lectora?
Creo que sobre cualquier otra consideración soy poeta. Es verdad que llevo muchos años haciendo crítica literaria, pero ese quehacer no merma mi voluntad diaria de dar vuelo a la poesía, de buscar esos hilos sueltos de verdad y belleza que dejan su estela emotiva en el aire.
Crítica, prosa didáctica, aforismos, poesía… Sobre tu mesa de trabajo una sosegada convivencia de géneros.
La escritura es un paisaje abierto, que suma muchos ángulos de visión; la biblioteca es una condensación de estrategias literarias, cada una de las cuales con sus rasgos específicos. Y desde esa práctica se conforman nuevos proyectos, como si encontraran en la diversidad su molde particular, su forma, su rostro propio.
El nuevo libro Nadar en seco apuesta por un título muy expresivo. ¿Qué significado contiene?
Creo que el título de un libro es muy importante porque traza la dirección exacta de la lectura. La expresión “nadar en seco” alude a nuestra condición de supervivientes; vivimos en un tiempo repleto de extrañeza y dificultades y hay que aprender a mantenerse a flote, aunque nada empuje hacia la playa. Resistir es esa obligación de encontrar a diario una razón de vida.
Cada libro encierra un desarrollo argumental ¿Cómo nacen los poemas de Nadar en seco?
La poesía tiene una doble fuente de inspiración, desde mi punto de vista. Por un lado, desde la experiencia existencial se van acumulando experiencias, conocimientos, decepciones, sueños, secuencias que van componiendo un trayecto muy aleatorio que aporta muchos indicios a la escritura. Y junto a esa fuente primaria está la lectura, el quehacer diario en torno al libro que nos muestra la obra de los poetas en el tiempo; la escritura tiene una génetica con muchos precedentes.
La editorial Isla Negra de Puerto Rico es, junto a la editorial valenciana Crátera, la que ha propiciado la edición de su libro. ¿Qué novedades supone editar en Latinoamérica y en El caribe?
Que
nuestros libros recorran tanta distancia supone una enorme satisfacción
personal; estamos en el espacio digital y ahora es más fácil difundir el
trabajo literario, pero publicar en la mejor editorial caribeña supone un
reconocimiento al trabajo realizado que agradezco profundamente.
La Sala Miguel Hernández es un espacio físico muy presente en tu trabajo literario. ¿Qué sensaciones deja la lectura en Covibar?
Mi colaboración con la Cooperativa Covibar se remonta a los primeros años de mi llegada a Rivas, en 1989, tras conseguir destino como profesor en un colegio de la localidad. Y este largo recorrido siempre ha encontrado una complicidad muy fuerte que ha multiplicado actos literarios, convocatorias como jurado de certámenes teatrales y asistencias como espectador a sus ciclos culturales. Así que estoy muy agradecido por esta relación tan fértil, que aspiro a seguir manteniendo con plena vigencia. Muchas gracias.
La Sala Miguel Hernández es un espacio físico muy presente en tu trabajo literario. ¿Qué sensaciones deja la lectura en Covibar?
Mi colaboración con la Cooperativa Covibar se remonta a los primeros años de mi llegada a Rivas, en 1989, tras conseguir destino como profesor en un colegio de la localidad. Y este largo recorrido siempre ha encontrado una complicidad muy fuerte que ha multiplicado actos literarios, convocatorias como jurado de certámenes teatrales y asistencias como espectador a sus ciclos culturales. Así que estoy muy agradecido por esta relación tan fértil, que aspiro a seguir manteniendo con plena vigencia. Muchas gracias.
Revista Covibar, nº 312, Cultura Centro Social, pág 22
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