ADVIENE LA TERNURA A LAS ESTATUAS
Los domingos
advienen las estatuas
a sus probas lecciones de de ternura
vistiendo tafetanes
de líquenes y musgos.
Miran los desarmados uniformes,
recolectan pronósticos de tiempo,
posan con provincianos y parejas,
nos sonríen con gestos de gioconda
cuando el flash se dispara,
comen pipas y chicles
y alquilan, sin reparos, las palmas de sus manos
a ua fauna diversa, pero mínima.
Adelantando el índice componen
profusos pentagramas de zureos.
En los ocres repliegues del crepúsculo
son ungidas con lluvia
y ofrendan una lágrima a los cielos
desde las fuentes secas de sus ojos.
(De Rotonda con estatuas, 1990)
La tierra es para quien la trabaja y el análisis y el aplauso para quien lo merece. Un abrazo.
ResponderEliminarel refranero castellano está repleto de esos mansos reflejos de sabiduría popular, así que pleno acuerdo y sólo recalcar mi gratitd intacta al poeta, profesor y escritor de diarios Antonio Gutiérrez Turrión por ese enfoque luminoso que persiste, inalterable al tiempo. Feliz jornada.
EliminarQue hermoso y que desgarrador en esa falta de amor a la naturaleza
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apunte reflexivo; es verdad, la naturaleza tiende sus manos para encontrar muchas veces una simple estela de ceniza. Un gran abrazo.
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