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viernes, 18 de julio de 2025

EN VOZ BAJA

Pensamientos
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


 
EN VOZ BAJA
 
La decepción enseña
a pensar en voz baja.
Por eso me levanto poco a poco,
en la calma discreta de los ojos callados.
Soy la sombra borrosa
de palabras
que la mañana limpia
con precisión severa.
 
En silencio recibo
un patrimonio escaso;
esa parte de nada
que apenas cabe dentro
de aquella cicatriz que no se muestra.
 
Mi mudez precavida
usa ropa de invierno.
Le gusta pasear
con el frío de cara,
compartiendo con otros
las esperas silentes
del alumbrado público.
 
Succionados al fondo,
mis pensamientos nadan
en bóvedas nocturnas
y muestran las escamas abisales
de esos peces
que ahuyentan los abismos
y buscan superficie y claridad. 
 
                          JOSÉ LUIS MORANTE
                  (Inédito para la revista TURIA)



martes, 25 de abril de 2023

AGENDA CULTURAL: TRANSICIONES


 

TRANSICIONES

 

  Fiebre alta en la agenda cultural de Madrid. Continúan en muchos pueblos y barrios de la capital las actividades en torno al libro y arranca el Festival (Im) Prescindibles del Ayuntamiento de Moralzarzal, coordinado por Álvaro Hernando. Pleno disfrute que deja disyuntivas complejas: hoy, martes 25, a la misma hora, recital femenino en la biblioteca Mario Vargas Llosa y presentación de la revista Turia en la Residencia de Estudiantes.

  La máxima autoridad del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha entregado el Premio Aragón a la revista  Turia con el que se reconocen las cuatro décadas de compromiso cultural con la literatura en todas sus manifestaciones. El escritor y periodista Raúl Carlos Maícas ha recibido el Premio Aragón 2023 en representación de la revista, como responsable de un proyecto que nació en Teruel "con clara vocación universal”. 

  En el Retiro caminamos sin prisa, sustituyendo al pensador por el paseante para percibir la superficie sosegada del lago, la quietud de una estatua con vida, el violín que suena con el abrazo ronco del cello. Instantes. Transiciones del ánimo, todavía feliz por el magno reconocimiento a la escritura del poeta Rafael Cadenas.

   A diario mantengo el cívico disfraz de la esperanza. Han sido meses de mucho trabajo y este mes, donde el libro es elemento esencial, dejará sitio a entregas personales y a indagaciones en otros autores. Una excelente cosecha que merece celebración amistosa con los amigos. Cada libro no es más que una actitud de asombro frente a lo contingente.

   Permanecen los garabatos del encuentro.

   Si ves un resplandor descarta el endiosamiento. Una vela no es una estrella.

  Signos de alegría frente al ordenador. Tras días en casa, vencido y desarmado por la neurótica saturación de lo doméstico, otra vez la buhardilla adquiere su apariencia natural. Ya están los compromisos literarios en buena dirección, he colocado estantes para nuevos libros y regalaré las entregas que han envejecido mal y que ahora me miran con ojos de extrañeza. Cuando un libro no es semilla no es nada.


(Apuntes del diario)

 

 

 

miércoles, 29 de abril de 2020

ANTONIO COLINAS. SOBRE MARÍA ZAMBRANO

Sobre María Zambrano
Misterios encendidos
Antonio Colinas
Editorial Siruela
Madrid, 2019


AFINIDADES Y ENCUENTROS


   La posición central de María Zambrano en el pensamiento español contemporáneo ha impulsado investigaciones biográficas, incontables ediciones de su multiforme legado creador y complejas calas para discernir claves del ideario estético. Es difícil, por tanto, sacar materiales nuevos que clarifiquen con nitidez la permanencia en el tiempo de su obra. El volumen Sobre María Zambrano. Misterios encendidos es una compilación de trabajos de Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946) quien mantuvo con la pensadora una prolongada amistad, un entrelazado de afinidades y encuentros. De ese diálogo afectivo y personal quedan cartas, entrevistas, páginas autobiográficas con significativas anécdotas, y ensayos críticos que inciden en la experiencia ética y estética del personaje.
   Para María Zambrano “escribir es defender la soledad en la que se está” y “descubrir el secreto y comunicarlo”. A ese trazado intelectivo se aplicó, tras culminar sus estudios universitarios e iniciarse en la vida cultural de la II República, con un activismo, implicado en iniciativas como las Misiones Pedagógicas, que quedó truncada por la Guerra civil. Son años de profundos desengaños, de radicalismos extremos y de una fractura intelectual que aboca en odios y resentimientos. La implantación de la dictadura condenó a la pensadora a un largo exilio por países de América y Europa. Son demorados años de lejanía en los que María Zambrano mantiene una soledad enriquecedora. Como escribe  Antonio Colinas, “el viaje hacia la soledad no es, en el fondo, sino un viaje hacia uno mismo, hacia una interiorización muy profunda”, aunque las circunstancias que rodeen la creación son complejas y abocadas a una subsistencia familiar repleta de estrecheces. Con ánimo fuerte, María Zambrano consigue una abstracción cristalina de su pensamiento, un entrelazado entre conocimiento filosófico y cauce poético; ambos son frutos de una sensibilidad luminosa, precisa, capaz de trascender la realidad para indagar en los aspectos esenciales de la existencia.
   Las afinidades lectoras de María Zambrano y Antonio Colinas son amplias; integran a los presocráticos, Plotino, el pensamiento oriental, la mística o los románticos centroeuropeos. Facilitan el intercambio de cartas que postulan la experiencia interior de la lectura, las impresiones sobre nuevos títulos o los quehaceres pendientes del taller. Las cartas abren espacios de confianza donde reconocerse y dejan paso a los destellos más personales de la intimidad. El epistolario crea una senda de conocimiento en la distancia en la que se conjuntan razón y corazón. Pero también se multiplican enlaces sentimentales. Antonio Colinas seguirá el periplo biográfico de María Zambrano en Roma, y estará cerca también de su persona tras el análisis de sus novedades literarias, siempre abarrotadas de símbolos como lenguajes del misterio.
   Si bien los contactos personales son limitados, las cartas permiten explorar el cauce doméstico de la pensadora, sus problemas de salud y las preocupaciones originarias previas al retorno. La vuelta es compleja e implica múltiples gestiones de la Dirección General del Libro, impulsadas de forma notable por Jaime Salinas. Culminan en 1984 y abren para la filósofa un tiempo nuevo en el que sentirá cerca el afecto de un reducido grupo de poetas y también la estela abierta en círculos universitarios como el Aula de María Zambrano, creada por un grupo de jóvenes universitarios de Sevilla.
  No descuida el poeta los años aurorales de infancia y juventud, donde se hace más fuerte la influencia de su padre Blas Zambrano, amigo personal de Antonio Machado e impulsor de una educación esmerada y profunda que despertó una precoz curiosidad intelectual. Es una etapa vital que enciende el conocimiento con un cúmulo de lecturas tempranas que fomentan una naciente vocación para la inmersión reflexiva y para captar las estelas de una cultura popular y diversa. Su asistencia a las aulas universitarias sumó otras influencias esenciales en su pensamiento de la mano de profesores y maestros como José Ortega y Gasset, Xavier Zubiri o Manuel García Morente. También marcó su entidad intelectual la cercanía a círculos selectos de la capital como la Residencia de Estudiantes y el Lyceum Cub Femenino.
   Antonio Colinas organiza el libro desde miradores intelectivos complementarios. La semblanza biográfica que rescata los principales episodios domésticos convive con el análisis de las principales entregas de la filósofa y la gestación de sus obras o con la participación política en el clima cultural de la época. Y el poeta refuerza también la lectura de sus títulos esenciales para constatar la influencia de los mismos en su propio ideario poético, al convertir la mirada filosófica de María Zambrano en un venero repleto de claves órficas y símbolos. Gran implicación entre ambos tiene el apartado “Cuatro poemas y una ópera con su comentario” donde Colinas integra poemas directamente inspirados en la figura de María Zambrano. Los versos sintetizan aspectos nucleares de su magma teórico desde los hallazgos de la razón poética y sirve de coda al capítulo el texto que David Hoyland dio forma musical en la ópera “La muerte de Armonía”.
   Los breves ensayos recogidos en Sobre María Zambrano. Misterios encendidos sortean lo circunstancial para mostrarnos la complejidad de una personalidad a contracorriente, que así adquiere unidad y un correcto perfil intelectual. Una existencia que acumuló sobresaltos y padecimientos, y soportó un ambiente duro y seco que creó una sensibilidad hacia dentro, que hizo del yo un refugio de profundidad en aquel dramático tiempo social. Dejan su misterio encendido; la semblanza de la escritora desde un punto de vista personal pero también las claves ensambladoras del pensamiento esencial zambraniano y su sentido de universalidad; la unidad entre la sincera subjetividad de la escritura y el cauce  del sentir existencial.

JOSÉ LUIS MORANTE

Revista Turia, nº 132

    

jueves, 13 de diciembre de 2018

TURIA, nº 128 (Revista Cultural)


Turia (Revista cultural)
Nº 128, Noviembre 2018-Febrero 2019
Director:  Raúl Carlos Maicas
Edita: Instituto de estudios Turolenses
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE TERUEL


TREINTA Y CINCO AÑOS DE CULTURA


   La revista Turia cumple treinta y cinco años. Un milagro laico. Un insólito ejemplo de longevidad en un tiempo de claro retroceso de la edición de revistas en papel. Digo insólito porque la revista mantiene un vitalismo creador absoluto y sigue siendo un espacio de encuentro cultural en el que se dan cita los mejores creadores contemporáneos.
   Para celebrar la efemérides el nº 128 de Turia deja en su nómina a colaboradores como Javier Marías, Fernando Valls, Gemma Pellicer, José María Pozuelo Yvancos y Teodosio Fernández. Todos impulsan el corolario reflexivo de las primeras páginas con ensayos breves de varia intención, desde el mínimo de Marías, dedicado al más conocido soneto de Quevedo, hasta la extensa glosa sobre el trayecto biográfico de Pilar Gómez Bedate, fallecida en agosto de 2017, tras una intensa vida literaria, en compañía de Ángel Crespo.
   En el taller en prosa están Enrique Vila-Matas, que anticipa fragmentos del nuevo libro titulado Figuras de infinito, de próxima aparición, Soledad Puétolas, András Forgách, José María Conget, Manuel Hidalgo y Sergio del Molino, que nos deja apuntes de un diario de verano. Cierran la sección Mónica Zgustová, con “El vaso de Goya”, tres fragmentos de una novela inédita, Joaquín Berges y Elifio Félix de Vargas, con “Impostor”, una propuesta repleta de ironía.
  Especialmente atinado en este número resulta el escaparate poético. En él conviven Circe Maia, Pilar Gómez Bedate, Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Clara Janés, Manuel Vilas, Francisco Ferrer Lerin y otras voces que refrendan el vitalismo lírico del ahora.
   Antonio Tabucchi, en la sección de Pensamiento,  sondea la aportación al arte de Pedro Almodóvar en una amplia mirada fragmentaria que titula “Veinte fotogramas para Pedro Almodóvar”. En el mismo bloque, Jesús Briones Delgado aporta claves interpretativas sobre la era digital y la sociedad tecnológica; sondea el impacto de internet en nuestro entorno.
   El cuaderno central está dedicado a Víctor Mira, un heterodoxo inconformista que hizo de la creación un árbol múltiple: pintor, escultor, dibujante, fotógrafo, escritor y artista gráfico, practicó un nomadismo continuo en un quehacer siempre abierto a la experimentación y al estar insumiso y descentrado: “Al aumentar mi desarraigo me fui quedando cada vez más libre y cada vez más solo”.
   Si la escritura propicia siempre un diálogo, esta entrega de Turia contiene dos diálogos de plena vigencia. Son sus protagonistas Fernando Aramburu, el autor de Patria, y el poeta y narrador Manuel Vila, quien ha conseguido con la biografía ficcional de Ordesa un impacto popular excelente. Pero, más allá de la contingencia del éxito, ambos autores protagonizan un trayecto sólido y dilatado en el discurrir, lo que establece profundidad y distancia en su mirada.
   No faltan las coordenadas referenciales de la revista como “La isla”, el diario de Raíl Carlos Maícas, alma mater de la publicación, los cuadernos turolenses, necesario enfoque de una revista que hace de lo local un mínimo fragmento para trascender el ámbito localista, y “la Torre de Babel”, que deja un abrumador balance crítico de las novedades literarias del año.
   Los números de Turia sugieren un plan metódico de lectura. No están hechos desde el paso fugaz y a vuelapluma de la actualidad literaria, sino desde el rigor universitario y desde el sondeo del especialista, aunque nunca lastrado por la erudición. Son material de biblioteca que invita al regreso, a convertir su contenido en materia de aprendizaje. Así que dejo sitio a este número que conmemora treinta y cinco años de vida cultural. Son muchos años; hay que tender la mano y dar las gracias.




miércoles, 17 de mayo de 2017

TURIA (Revista cultural / número 121-122)

Turia (Revista cultural/ número 121-122)
Marzo-Mayo de 2017
Fundador y director:
Raúl Carlos Maícas
Instituto de Estudios Turolenses de la
Diputación Provincial
Ayto de Teruel / Gobierno de Aragón

VARIACIONES

   Insistir en el lugar que ocupa la revista Turia es recordar una trayectoria de décadas, consolidada en el tiempo y reconocida con distinciones como el Premio Nacional al Fomento de la Lectura. De la mano del escritor y periodista Raúl Carlos Maícas, Turia alterna monográficos con misceláneas para mostrar las variaciones del ahora literario.
   La entrega de primavera (marzo-mayo de 2017) es un número doble  que aglutina en las secciones de referencia notables intereses. En “Letras” se sondean las claves de Javier Cercas y su empeño en abordar en la ficción una línea de costa que amalgama autobiografía e imaginación; el devenir histórico un campo interpretativo donde se  reconstruye el pasado desde una percepción ambigua, a claroscuros. Javier García Rodríguez analiza la concepción insólita del relato en Larrie Moore y Manuel Arranz camina entre las páginas autobiográficas de Iñaki Uriarte, un diarista que da a sus anotaciones biográficas un punto objetivista que emparenta sus párrafos con la lucidez desnuda del aforismo.
   En el apartado “Taller” las palabras se configuran como vías de escape cuando no como subversión frente a lo real. Algunos de los invitados eligen como enfoque la literatura paremiológica. Es un hecho que el despliegue del aforismo en estos primeros pasos del siglo XXI ha originado un cultivo insólito. De esta escritura de teselas que aliña en sus fragmentos emoción e inteligencia se hacen los trabajos de José María Cumbreño y Elías Moro. También la poesía emite sus destellos  en las composiciones de Andrés Trapiello, Efi Cubero, Basilio Sánchez, Jordi Doce o Alex Chico, entre otros.
   Las conversaciones tienen como interlocutores a dos novelistas que han conseguido franquear las puertas del canon: Rosa Montero, casi a punto de ocupar un sillón en la Real Academia de la Lengua, y Gonzalo Hidalgo Bayal, autor que congrega un manifiesto desdén por lo vulgar: su estilo clásico supone un aire respirable, una claridad que da aliento en este tiempo de titulares y estridencias.
   La veta central de “Cartapacio” explora la presencia literaria de Luis Landero. Se adentra en su exigencia de exactitud y en el rigor de sus estructuras ficcionales para presentar a los lectores una perspectiva profunda y pormenorizada.
   Y están dos referentes clásicos de la revista, el discurrir autobiográfico de Raúl Carlos Maícas, con su fronda de libros leídos, exposiciones y pensamientos al paso desde la provincia,  y el aporte cultural en el tiempo de figuras como Ramon J. Sender.  
   Cierra el número un conjunto heterogéneo de reseñas que enfocan la mesa de novedades, algunas tan celebradas como Patria, la novela de Fernando Aramburu que ha provocado un auténtico seísmo de revitalización editorial,  junto a  reediciones de clásicos como Artur Rimbaud,  Philip Larkin, Ángel Crespo, José María Merino o José María Fonollosa.
  La mirada de Turia es plural y nunca escasean en ella los mejores indicios del presente literario, esos rayos de amanecida limpia que invitan a mirar la mañana con un libro en la mano.