Inclinación al envés Julio César Galán Editorial Pre-Textos, Valencia, 2014 |
SIGNOS Y PÁJAROS
Nuevo lugar de encuentro. Me enfrento por primera vez con la poesía de
Julio César Galán (Cáceres, 1978), a pesar de su bagaje creador y de sus
sondeos en una identidad múltiple que ha creado heterónimos como el ornitólogo
Luis Yarza, el vitalista Pablo Gaudet y la inconformista Jimena Alba. Así que
me viene bien apoyarme en algunas entrevistas digitales y en el asidero del
prólogo, una introducción de Juan Andrés García Román, firmada en el futuro,
ese tiempo especulativo en el que apenas quedan indicios, con una zona cero
para recordar que la tradición lírica murió por reiteración y agotamiento. Buen
comienzo para alertar sobre una poesía que borra cualquier afinidad con una
estructura argumental basada en el intimismo autobiográfico y que considera al
poema como un ensayo sensitivo, una definición que amalgama en el verso
reflexión metaliteraria y percepción, o lo que es lo mismo: razón y
sentimiento.
Una
nota inicial confirma el dilatado espacio de escritura de un libro que integra
composiciones escritas entre 2004 y 2013 y que es sólo un vértice de una
trilogía, conformada por las entregas Tres
veces luz y Márgenes. Sólo queda, tras las citas de apertura estar atentos a la
respiración del poema que nunca se concibe como meta final sino como una obra
abierta a las variantes, en el que tienen sitio marcas textuales que sugieren
otros itinerarios, otros puntos de fuga.
La poesía de Julio César Galán nace desde la indagación, no es un
reencuentro con las pavesas preservadas en la memoria; por eso es una lírica de
interpretación compleja para la subjetividad del receptor. El sesgo enunciativo
del discurso no crece en línea recta, a través de un avance cuya brújula es un
soporte anecdótico; los versos buscan imágenes - el pájaro es un símbolo reiterado-que confían en la sugerencia y
en la imprecisión: “No era un día más en la tierra, / las manos difuminan tanto
sus formas / que deshacen sus bordes. / la claridad es siempre una presencia, /
ha dejado de ser una abstracción, / ya puedo acariciarla “.
El ser del poema nace de lo que se intuye, es una forma abstracta que
resalta su presencia y genera una fuerza expansiva, un impulso que traspasa lo
concreto para definir una filosofía que consiga entender el misterio de
espacios y tiempos.
En las notas finales el poeta adopta la identidad del erudito para abrir
nuevos significados. El material glosado es muy diverso. Se clarifican
pormenores del taller de autor citando versos excluidos y se citan textos
complementarios que fueron detonantes poemáticos; en último término, las notas
sugieren una faceta más del poemario a través de la prosa con definiciones muy
precisas como la que sigue: “Soy Inclinación
al envés, libro de poesía que gira en torno a lo invisible y trata de
hacerlo visible. Que expresa –por
decirlo rápido- la forma del vacío, que es indecible, y nos la devuelve
convertida en ruptura e imprevisibilidad”.
En el publicitado contexto poético actual, Julio César Galán aparece
como un raro que se resiste a una caracterización gregaria. No sólo porque
puedan buscarse sus predecesores más en la lírica latinoamericana que en la
hispana – Raúl Zurita, Eduardo Millán o José Watanabe…- sino porque su poemario
conecta con sensibilidades poéticas singulares como Julieta Valero, Yaiza
Martínez o Juan Andrés García Román. Su poesía da forma a los interrogantes de
la conciencia, sondea paradojas en las que el yo solitario coteja cicatrices y,
al mismo tiempo, percibe la epifanía del amor, un pájaro simbólico que aletea
en la luz.
Pinta bien. ;)
ResponderEliminarUn saludooo
Un abrazo de bienvenida, Alonso; el poemario de Julio César Galán es una propuesta cargada de sugerencias y no decepciona en absoluto. Es complejo porque no se adscribe a la poblada senda de lo referncial, pero los poemas son indagaciones que nunca se cierran. están ahí, esperando el reflejo de una nueva lectura. Un abrazo de nuevo.
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