Alfabeto Inger Christensen Traducción de Francisco J. Uriz Sexto Piso, Madrid, 2014 |
MATERIA
El libro Alfabeto
supone la primera incursión en nuestro ámbito lingüístico de la escritora
danesa Inger Christensen (Vejle, 1935, Copenhague, 2009). Hasta su
fallecimiento alentó una escritura en géneros diversos como la poesía, novela,
obras dramáticas y trabajos ensayísticos; por su quehacer consiguió amplio
reconocimiento hasta ser considerada parte central del núcleo creador
escandinavo. La versión de Alfabeto al
castellano por Francisco J. Uriz, experto traductor de literatura nórdica,
supone una gratificante experiencia para desvelar algunas claves estéticas de
la académica danesa, quien figuró varias veces entre los posibles candidatos al
Nobel de Literatura, tras conseguir el Premio Europeo de poesía en 1995.
Editado en 1981 en danés y presentado ahora en versión bilingüe, Alfabeto sorprende de inmediato al
lector por su distribución orgánica. Las estrofas crecen a partir de la
secuencia numérica de Fibonaci, en la que el siguiente poema está formado por
la suma de versos de los dos anteriores; de este modo los fragmentos versales
van incrementando su longitud en un pautado avance escritural que busca en la
repetición de versos e ideas una cadencia versicular, un eco de letanía. El
primer poema es un enunciado mínimo sobre el sustantivo albaricoque, así
arranca un conjunto de poemas que se inicia con la letra “a”, como si
pronunciase los elementos de un alfabeto, el que se van entrelazando realidades
concretas. Tal aseveración se expande a otros componentes materiales, como si
el entrelazado de formas, sensaciones y conceptos aglutinara un caos
existencial y primigenio. Así se va construyendo el retrato del hablante lírico
frente a lo externo, un particular estar que acumula en el discurrir de lo
temporal certezas y descubrimientos. El acontecer sedimenta planos y estratos
que se convierten en puntos de referencia, en presencias de alteridad.
De este modo, el poema adquiere el
entrelazado de un canto, sugestivo y penetrante, en el que las percepciones
sensoriales conviven con las reflexiones que aporta el pensamiento. La vida es
un cauce continuo en el que nada permanece inmutable. Lo que existe está
sometido a un indeclinable tránsito de ciclos y estaciones.
Derramado e imaginativo, Alfabeto es un largo poema fragmentado,
que hace de la percepción sustrato nutricio de la palabra. Las cosas están ahí
y en su azaroso estar son el mejor reflejo de nuestra existencia. Su roce
zarandea el pensamiento y la conciencia; moldea la mirada de quien percibe y
regula los movimientos de su espíritu.
La obra Alfabeto
permite recorrer un tramo de la senda literaria de Inger Christensen, en
cuyo discurrir hallamos una exaltación del entorno material que celebra los
puentes vivenciales entre el sujeto y las cosas; también una mirada social que
desde la voz comprometida resalta esas sombras disgregadoras que señalan
límites y oquedades, esos hilos de musgo del ser disgregado.
El libro acredita el rincón iluminado de una
voz, desconocida todavía en nuestra biblioteca, cuya cotidiana franqueza
propone un sosegado diálogo, una apertura al conocimiento. No queda sino darle
una cordial bienvenida.
Interesante presentación de esta obra, José Luis. Incitas a su lectura.
ResponderEliminarGracias por ampliar mi horizonte literario.
Un abrazo.
Es una novedad muy recomendable, querida Fanny. A pesar de que la autora es uno de los grandes nombres de la literatura nórdica, su producción estaba inédita en castellano. Así que esta apuesta de POESÍA SEXTO PISO es una oportunidad excelente para conocer un territorio poético distinto. Abrazos de septiermbre.
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