Sí, María José, y por eso el oído atento esta vez era compartido; se anunciaban tormentas pero optamos por viajar de nuevo porque queríamos despedirnos de los últimos latidos del verano. Y debo decirte que el mar siempre nos trata con ese estar cordial de quien comparte ilusiones y sueños. Un abrazo.
Hola, querida Fanny, sí ya estoy en las clases con el ánimo lleno de luz y el fin de semana regresamos al mar porque su presencia siempre nos llena de ilusiones y sueños. Rivas es el mar interior, Oropesa el mar dilatado del encuentro con nuestros sentimientos. Abrazos y gracias por tus palabras.
Ahora es cuando de verdad se disfruta el mar, más allá del uso que le damos en verano, es un mar con su playa más intimista, Yo, gracias a Dios, puedo disfrutarlo todo el año; pero ahora, tras el verano, se ofrece con otra mirada. Un abrazo.
Tienes razón, Paco, el mar necesita la complicidad de la confidencia no el multitudinario disfrute del supermercado en viernes. Un abrazo y escucha a diario ese mar de palabras líquidas que tanto sugiere.
Los misterios de lo digital me han ocultado durante algún tiempo la palabra y los afectos de Luis Ángel Lobato; pero sé que siempre está ahí, con la luz encendida. Un abrazo, poeta.
cada poeta es siempre una trituradora de folios que no caligrafiaron lo que quiso decir. eso no es ningún problema. Los buenos poemas siempre llegan mañana. Un fuerte abrazo desde el mar sólodo de Rivas.
Lo digital me usurpó la palabra. pero ahora esta sí puedo recuperarla:
"El mar Cantábrico fue el mar de mi adolescencia y primera juventud. Santander, el ámbito de los encuentros sentimentales que ya solo residen en la memoria".
Llega al oído su canción antigua, cargada de algas, de barcos y sirenas. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, María José, y por eso el oído atento esta vez era compartido; se anunciaban tormentas pero optamos por viajar de nuevo porque queríamos despedirnos de los últimos latidos del verano. Y debo decirte que el mar siempre nos trata con ese estar cordial de quien comparte ilusiones y sueños. Un abrazo.
EliminarCuando se ha visto y vivido el mar, ya forma parte de los recuerdos. ¡Es tan bello!
ResponderEliminarYa habrás comenzado el curso. Que te vaya muy bien.
Un abrazo.
Hola, querida Fanny, sí ya estoy en las clases con el ánimo lleno de luz y el fin de semana regresamos al mar porque su presencia siempre nos llena de ilusiones y sueños. Rivas es el mar interior, Oropesa el mar dilatado del encuentro con nuestros sentimientos. Abrazos y gracias por tus palabras.
EliminarAhora es cuando de verdad se disfruta el mar, más allá del uso que le damos en verano, es un mar con su playa más intimista, Yo, gracias a Dios, puedo disfrutarlo todo el año; pero ahora, tras el verano, se ofrece con otra mirada. Un abrazo.
ResponderEliminarTienes razón, Paco, el mar necesita la complicidad de la confidencia no el multitudinario disfrute del supermercado en viernes. Un abrazo y escucha a diario ese mar de palabras líquidas que tanto sugiere.
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ResponderEliminarLos misterios de lo digital me han ocultado durante algún tiempo la palabra y los afectos de Luis Ángel Lobato; pero sé que siempre está ahí, con la luz encendida. Un abrazo, poeta.
EliminarTambién en el Cantábrico comencé a escribir poemas que luego destruí. Ni siquiera eso me queda, amigo José Luis.
ResponderEliminarcada poeta es siempre una trituradora de folios que no caligrafiaron lo que quiso decir. eso no es ningún problema. Los buenos poemas siempre llegan mañana. Un fuerte abrazo desde el mar sólodo de Rivas.
EliminarLo digital me usurpó la palabra. pero ahora esta sí puedo recuperarla:
ResponderEliminar"El mar Cantábrico fue el mar de mi adolescencia y primera juventud. Santander, el ámbito de los encuentros sentimentales que ya solo residen en la memoria".
Un abrazo, José Luis.
Y que reducto tan seguro y cálido es la memoria, Luis Ángel; allí dormita el tiempo y los objetos que refrendan a quien fuimos. Abrazos
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