Fuente de Jorge Oteiza (Alzuza, Navarra) Fotografía de Toledo Llaboratory |
El centro del silencio me ha enseñado
a aceptar como un juego que la vida
es una sucesión aleatoria de causas y efectos
sobre las dunas de la realidad.
Aparecen las causas simultáneas,
inflexibles, anónimas,
y los efectos manan disueltos en los días,
con cauce renovado y variable,
cuyo curso ninguna voluntad puede eludir.
Cada mañana tiene leyes propias.
Es el azar la fórmula cifrada
que descubre sus vínculos.
Un extraño rumor nos configura,
encubre quiénes somos, quién seremos.
Causas y efectos pasan, se suceden.
Articulan el tiempo. Y eso es todo.
Causas y efectos, Sevilla, 1997
Voy comenzando a entender... Gracias, maestro.
ResponderEliminarY abrazos, siempre
Yo sigo sin tenerlo muy claro; la sucesión aleatoria de causas y efectos siempre tiene un orden complejo. Que pases un tiempo vacacional creativo y lleno de poesía, querido amigo.
EliminarUn placer
ResponderEliminarel
haberte encontrado
Y una alegría enorme no decpcionarte. La poesía es siempre un diálogo cordial a dos voces. Bienvenida y mi gratitud por tu cercanía.
EliminarEso es todo... que no es poco: nada menos "eso". Es un gustazo encontrarme contigo en tu palabra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola poeta; espero que estas jornadas navideñas estés disfrutando mucho con tu nuevo libro. Lo mereces, sin duda. Y lo dicho, a ver si encontramos ese jardín con libros y el tiempo necesario para conversar largo y tendido.
EliminarCausas y efectos, sí, posiblemente eso conlleve la vida, mucho más sencillo de lo que pensábamos. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarPero una cadena de causas y efectos en la que casi nunca percibimos la conexión directa, el itinerario lógico. El azar nos rodea, querida amiga, y llena nuestros pasos de bifurcaciones. Abrazos.
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