Identidades (Madrid, 2014) Fotografía de María Jesús Jiménez Aguayo |
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
A veces llora, y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
"Hallé la puerta abierta
y me aburría ",
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.
Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo, que decía San Agustín. Una vez más, lúcido texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es; la identidad es uno de los temas esenciales de la poesía de todos los tiempos. La mirada del yo frente a sí mismo. Y una vez más, querido poeta, tu complicidad y tu cercanía. Cuánto valoro tu amistad. Abrazos y feliz jornada.
ResponderEliminarEnhorabuena por este poema, José Luis, con el que me identifico plenamente;
ResponderEliminarYo también soy dos: el de la casa y el de la calle. A veces tres: añado el de los sueños.
Que pases felices vacaciones con tu familia, poeta.
Un abrazo, pues, para todos.
Querido Luis Ángel, no había caído en esa tercera identidad onírica, que acabo de percibir también al lado, mientras tose... Anoto la sugerencia. Es excelente. Aprovecho para enviarte un cordial saludo.
EliminarCreo que todos somos un poco así, lo que pasa es que no lo decimos tan bien como tú. Un fuerte abrazo,
ResponderEliminarHola Paco, es verdad que cuando nos miramos en el espejo hay mucha gente alrededor; pero cada uno tiene su sitio. En la casa del yo cabe mucha gente. Un fuerte abrazo de viernes, querido Paco.
EliminarMe parece un poema magnífico. Y la imagen, muy adecuada. Felices Fiestas a uno y otro. Besos,
ResponderEliminarHola poeta, tengo tu carta en casa y es una alegría percibir que el buzón de momento no se jubila. Gracias de corazón, Susana. Y te mando carta con mis mejores deseos navideños. Un abrazo.
EliminarSomos tantos en nosotros mismos... en cada mirada somos uno diferente, en cada momento, por eso es difícil conocer al ser humano. Excelente poema. Aprovecho para felicitarte estas fiestas. Feliz Navidad para ti y todos los que quieres. Besos.
ResponderEliminarNo he olvidado el encargo, querida Carmela; ya he comenzado las vacaciones y por tanto tengo un poco de tiempo entre las manos. Te deseo de corazón unas fiestas familiares y entrañables. Y siempre agradezco mucho tus reflexiones.
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