Gracias, Luis Ángel, por tus palabras; sí es verdad que la ciudad ha dejado en la poesía española una impresión muy honda. Nueva York es el arquetipo de la ciudad contemporánea. Es también un marco urbano para mi amigo Hilario Barrero que hoy no podrá coger un taxi.Mira la nieve en las aceras. Saludos con sol.
Querida amiga, el haiku es esa plenitud humilde de un instante que ya no está, Queda la nieve a pie, copando las aceras de una ciudad que invita al regreso. Pocas urbes tienen esa figura en pie de la belleza. Gracias por tu comentario y un abrazo.
Uno de los propósitos del blog, querida Alicia, es mantener un diálogo cordial entre imagen y texto. La belleza de la nieve y la intuición del haiku caminan juntas. Así que me alegra saber que te ha gustado. Gracias por tus palabras y un abrazo de bienvenida a estos puentes de papel.
Gracias por tus palabras, Susana; ya sabes que N. Y. tiene sitio para muchas nacionalidades, así que el haiku parece un habitante más de la gran manzana. Un fuerte abrazo.
Y un poco de caldo calentito, que parece que la nevada se queda como inquilina una temporadita más o menos larga... De cualquier modo, no me negarás que la nieve tiene una buena salud envidiable y un color estupendo. Gracias por tus palabras, Chisme. Un abrazo.
Me apuntaría encantado, Oliver, aunque no esté muy seguro de que un viaje de estudios a Nueva York sea un destino para nuestro instituto. Demasiado caro. También me gusta mucho la nieve, así que si no vamos a Nueva York, nos vamos pronto a Ávila que une nieve y monumentos. Allí nos vemos... Y si es posible, en Nueva York también. Abrazos.
Esa ciudad sí que me inspiraría. Adoro su cultura, su música, su estética... Y todo gracias al cine y a sus escritores.
ResponderEliminarUn abrazo, José Luis.
Gracias, Luis Ángel, por tus palabras; sí es verdad que la ciudad ha dejado en la poesía española una impresión muy honda. Nueva York es el arquetipo de la ciudad contemporánea. Es también un marco urbano para mi amigo Hilario Barrero que hoy no podrá coger un taxi.Mira la nieve en las aceras. Saludos con sol.
EliminarConsigues, José Luis, que el frío no nos traspase. La belleza del haiku si lo logra. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida amiga, el haiku es esa plenitud humilde de un instante que ya no está, Queda la nieve a pie, copando las aceras de una ciudad que invita al regreso. Pocas urbes tienen esa figura en pie de la belleza. Gracias por tu comentario y un abrazo.
EliminarLa imagen no puede ser mas descriptiva...
ResponderEliminarBelleza de haiku donde reina el caos...
Uno de los propósitos del blog, querida Alicia, es mantener un diálogo cordial entre imagen y texto. La belleza de la nieve y la intuición del haiku caminan juntas. Así que me alegra saber que te ha gustado. Gracias por tus palabras y un abrazo de bienvenida a estos puentes de papel.
EliminarBelleza de nieve y haiku. Creo que la nieve marida maravillosamente con los haikus, tiene el mismo misterio que ellos.
ResponderEliminarGracias José Luis.
Sandra.
Hola poeta, siempre es un privilegio percibir tu cercanía. Y también a mí me ha gustado mucho tu acercamiento a la estrofa. Un fuerte abrazo.
EliminarAunque esté inspirado en Nueva York, tiene sabor a haiku japonés. Sobre todo por la sobriedad con que lo has expresado. Es último verso, magnífico...
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Susana; ya sabes que N. Y. tiene sitio para muchas nacionalidades, así que el haiku parece un habitante más de la gran manzana. Un fuerte abrazo.
Eliminary una bufanda
ResponderEliminarY un poco de caldo calentito, que parece que la nevada se queda como inquilina una temporadita más o menos larga... De cualquier modo, no me negarás que la nieve tiene una buena salud envidiable y un color estupendo. Gracias por tus palabras, Chisme. Un abrazo.
EliminarHasta aquí llega el frío de la imagen, menos mal que el haiku la arropa. Hermoso haiku. Un abrazo
ResponderEliminarLa nieve tiene un innegable lenguaje estético. Y la ciudad de Nueva York también. Así que ese diálogo merecía un haiku. Abrazos, querida amiga.
EliminarQué bonito profe, es New York nevado. Podriamos ir de viaje de fin de curso. ¿Te apuntas profe?
ResponderEliminarMe apuntaría encantado, Oliver, aunque no esté muy seguro de que un viaje de estudios a Nueva York sea un destino para nuestro instituto. Demasiado caro.
ResponderEliminarTambién me gusta mucho la nieve, así que si no vamos a Nueva York, nos vamos pronto a Ávila que une nieve y monumentos. Allí nos vemos... Y si es posible, en Nueva York también. Abrazos.