Tras la puerta tapiada Francisco José Martínez Morán Ediciones Hiperión, Madrid |
LUZ Y TAPIAS
Francisco José Martínez Morán (Madrid, 1981) es Doctor en Literatura
Comparada y Licenciado en Filología. Ejerce como investigador en el Centro de Estudios
Cervantinos y participa como docente en talleres literarios de la
Universidad de Alcalá de Henares. Coordina la publicación semestral Quebrados y es colaborador de varias
revistas literarias. Su amanecer poético se fecha en 2005, cuando su poemario Variadas posiciones del amante consigue el Premio Félix Grande. Continúa
itinerario en la colección Polibea con el libro Obligación. El pórtico de Juan Antonio González Iglesias define esta entrega arraigada en la tradición
como “un libro barroco en sus formas y romántico en su hondura”. Si cada poeta
emprende un viaje circular en torno a unas cuantas obsesiones, en el primer
tramo de Francisco José Martínez Morán resalta como núcleo argumental el tema
amoroso, pero el enfoque de Obligación se
postula más próximo al vacío, la disgregación y la carencia que a la plenitud.
El falso techo de lo vivencial cobija el desamparo; despliega un proyecto que
lleva consigo el tránsito hacia la ceniza. Todo se corrompe. El yo poemático es
consciente de esta contingencia y asume los indicios del vacío: “Observo la
quietud. / Su piel está surcada por la herrumbre / de un hastío tan lento como
el aire. “. También en la derrota, preserva su afán de búsqueda, percibe unos
hilos de luz en medio de la noche y deja en el camino las huellas del pasar,
aunque el amor se muestre solo en sombra y sea una extraña arquitectura de
tapias ruinosas, una ciudad vieja de fachadas enfermas de abandono.
En 2009 suma a su constancia el XXIV Premio de poesía Hiperión con La puerta tapiada. El enfoque meditativo
describe la sensación de orfandad del sujeto verbal: “Y no posees más que la
certeza / de estar ciego en mitad de un mapa mudo”. Lo existencial conlleva un
estar intrascendente, fragilidad y decepción; esa sensación umbría hace de la
muerte una presencia activa, un motivo recurrente y didáctico ante el que no
cabe sino la quietud de la resignación y la lección cultural. Se multiplican
los referentes literarios como sabios vestigios del acontecer.
El segundo apartado de Tras la
puerta tapiada está formado por poemas muy breves en los que predomina el
trazo narrativo. Cada poema sugiere una secuencia, una lectura fragmentaria de
los azarosos elementos integrados en el mapa de lo real. Otra vez resalta la
conjunción entre memoria y biblioteca: “En más de una ocasión preferiría /
Caronte ser su propio pasajero”. El amor y la temporalidad son sendas que
reaparecen en el tercer apartado, “Las niñas descarriadas” en el que se recurre
a la ironía como elemento distanciador y lúdico para celebrar el erotismo y sus
huellas marcadas en lo sentimental. Y hallamos en los poemas finales cierta
condensación aforística; en los cierres verbales predomina la indagación
reflexiva, una meditada explicación existencial de nuestra condición de sombras
solitarias, en el fondo de la caverna, y la precaria caducidad de cada latido.
En la personalidad lírica de Francisco José Martínez Morán se reconocen
siempre como rasgos propios la tendencia al poema breve, la impecable
construcción formal y ese ejercicio continuo de vislumbrar enlaces entre
literatura y cauce vital. Con esas
pautas líricas se construye Tras la
puerta tapiada, un libro excelente, claro y profundo, que aguantará erguido
la oquedad del tiempo.
Magnífico el decir de Martínez Morán, su trato con el lenguaje. La serenidad de sus observaciones, su limpieza descriptiva. La sugerencia, siempre, del desmoronamiento y el asidero de la luz del amor. Su libro Obligación es de necesaria lectura. Muy a tener en cuenta.
ResponderEliminarGracias por recordarlo, José Luis.
Querido Paco, esta vez no añadiré ninguna coma a tu reflexión. Coincido al cien por cien en el valor poético de Francisco José Martínez Morán. Por eso me ha parecido pertinente recomendar sus libros como si fuesen novedades literarias. Lo son. Cada lectura es una luz y una tapia, una reflexión al paso sobre los temas de siempre. Abrazos y seguimos cerca en la amistad y en la poesía.
ResponderEliminarMe apunto al autor, pues veo que a parte de este último poemario suyo los anteriores también son recomendables. Me ha parecido que por tu reseña, es una autor que tiende quizás un poco al pesimismo, no sé, lo he percibido así. Me gusta la belleza que encuentro en los versos que resaltan el vacío y no la plenitud, me suelen llegar más...creo que en este autor también los encontraré.
ResponderEliminarGracias por tu magnífica reseña José Luis.
Saludos!
Gracias a ti por acercarte de nuevo al blog. La poesía está llena de bifurcaciones e igual de gozoso es adentrase en la ruta del pesimismo que en el sendero de la elegía y la celebración. Lo importante es la verdad del poema, su capacidad para encender sensaciones: alegría, plenitud, belleza, nostalgia, dolor... Un fuerte abrazo y un placer esta senda común.
EliminarEs cierto, lo importante es que la poesía nos haga SENTIR.
ResponderEliminarUn placer para mí también Jose Luis.
Gracias!
Hoy visité tu blog y me hice seguidor; es una buena manera de estar al día de tus incursiones en la novela. Y seguro que tendremos tiempo de compartir muchos café digitales para hablar de vida y literatura, esas dos caras del mismo tiempo existencial.
EliminarHe leído tu comentario sobre mi reseña de la novela de Banville.
EliminarÉse es mi blog sobre reseñas de los libros que leo, el blog donde cuelgo los micros y poemas que escribo es el de Letricidios Premeditados www.pulgacroft.blogspot.con
Muchas gracias Jose Luis, me encanta compartir opiniones sobre lecturas.
Querido José Luis:
ResponderEliminarGracias por tu cariñosa lectura de mis poemas. Cuánto me alegra que te hayan gustado: es un honor.
Y gracias, Paco y Pulgacroft, por vuestros comentarios.
Un gran abrazo a todos y hasta pronto,
Francisco
Querido poeta, es siempre un gozo percibir cómo se renueva el ahora poético y cómo se van ocupando las primeras filas con libros llenos de talento, como los tuyos. Un abrazo y mi alegría por estar cerca.
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