¡A los libros! Daniel Heredia Ediciones de la Isla de Siltolá Sevilla, 2015 |
Entrevista a DANIEL HEREDIA
¡A los libros! (La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015) es un trabajo
escrito en compañía, desde múltiples voces. Agrupa veinticinco entrevistas realizadas
por Daniel Heredia (Cádiz, 1971) a profesionales de la literatura en facetas
complementarias: poetas, novelistas, editores, agentes literarios,
encuadernadores y libreros. ¡A los libros!
es un cuerpo orgánico que ofrece un atento ejercicio de economía
intelectual.
Tras una radiografía tan minuciosa, ¿en qué estado se encuentra el
esqueleto de tinta del libro?
Son tiempos de arenas movedizas, de
confusión e incertidumbre, tanto en la industria del libro como en nuestras sociedades.
Estamos más desorientados que nunca, sin saber qué puede pasar mañana. Vivimos
muy deprisa. Y no me gusta.
Si la literatura es una forma de sentir la belleza. ¿Recuerda aquellos
títulos iniciales que le depararon esa sensación?
Sí, claro, los álbumes de Astérix
y Tintín leídos con mis amigos en la Biblioteca Provincial de Cádiz los sábados
por la mañana, y la novela El Conde de
Montecristo, de Alejandro Dumas, en una edición resumida y con viñetas. Y
en mi primera juventud, El Club Dumas,
de Arturo Pérez-Reverte. Ahí empezó todo.
¿Qué lecturas recientes ha decidido no olvidar?
Leer para contarlo, de José Luis Melero;
De bibliomanía. Un expediente, de
Jaime Moreno Villareal; La fuerza y el
viento, de Óscar Lobato, y Crematorio,
de Rafael Chirbes, por citar algunos. Son libros magníficos que me acosan
textualmente.
Estamos inmersos en una mutación abrumadora que afecta a todo el
espacio escrito. Empecemos por el producto y su presentación. Algunos plantean
la convivencia entre el formato digital y el formato en papel como la guerra de
las galaxias… ¿El asunto es tan grave?
El libro en papel sobrevivirá
durante muchísimos años más porque es un soporte fiable mientras que los
electrodomésticos digitales de hoy tendrán que mejorar bastante si quieren
hacerle sombra al papel. Me asaltan muchas preguntas, ¿se está haciendo
correctamente la transformación del negocio editorial hacia lo digital? ¿Pasará
como con la industria discográfica? ¿Qué espacio ocuparán en este nuevo
escenario las librerías? ¿Y los distribuidores? ¿Cómo luchar en el mercado
digital contra la copia ilegal de libros? ¿Podrán los formatos actuales leerse
en el futuro o pasará como con tantos programas informáticos?
No me considero bloguero, sino un
periodista cultural que escribe sobre libros en el universo Internet en vez de
hacerlo en el papel. Es una de las ventajas de la Red. Yo escribo como siempre
lo hice, con profesionalidad y amor a la literatura. La primera responsabilidad
de quien practica un oficio como la crítica literaria, ya sea en un blog o en
las páginas de revistas o periódicos, tendría que ser el respeto al propio
oficio. La segunda, el respeto al lector. Y lamentablemente me encuentro muchos
blogs mediocres de copia y pega, para pasar el rato. Además, bloguero me suena a
globero, a vendedor de globos. Y yo no vendo globos.
En la casa del escritor la pantalla encendida es el paisaje. ¿La
realidad es un plano secundario?
Su itinerario creador está formado por dos ejes esenciales: literatura
y periodismo. Como escritor ha publicado Pasión
Vega. La voz de seda, una
biografía de la cantante. ¿Qué le impulsó a elegir al personaje?
La pujanza del relato en el fin de siglo es innegable. Su narrativa
breve, aún no recorrida en libro, ha ganado varios premios. ¿Qué trazos
esenciales debe tener un cuento?
Mejor pregúntele a Félix J.
Palma, Hipólito G. Navarro, Marina Perezagua o Eloy Tizón, que son algunos de
los mejores cuentistas españoles.
También la literatura está presente en el argumento de tu novela, Una sombra vencida. Su protagonista, Pablo Belmonte, anda
sumido en la indecible tristeza del escritor; es un chejoviano ahogado en la
apatía. ¿Escribir es habitar en el laberinto?
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