Casa antigua (Cuba) WordPress.com |
LA CASA
VACÍA
En
esta casa ya no vive nadie. Solo los ausentes que ocuparon el tiempo quieto de las habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o
gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas
a otro lugar. Pero siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de
la entrada y apagar las luces. Algo me despertó. No supe qué decir; soy un extraño guardián de sombras. Ellos me reconfortan y justifican mi
presencia: “alguien debe soñarnos”
(De Cuentos diminutos)
Maravillosa brevedad José Luis...
ResponderEliminarUn abrazo largo.
Sandra.
Gracias de nuevo, Sandra, qué grata siempre tu compañía en el largo camino de la escritura. Sabes que me gusta mucho el deambular por el microrrelato, ese género ambiguo que acumula prosa y poesía. Que tengas una buena jornada.
EliminarCierto, algunos microrrelatos pueden ser una delicia de prosa poética José Luis, ya lo creo!
EliminarYo también te deseo un martes estupendo (aquí lluvioso, sólo por fuera ;) )
Los géneros literarios en el presente parecen vestir un traje de licra, Sandra, elástico, con tejidos que se moldean a gusto del autor. Me alegra que este cuentecillo te guste. Un fuerte abrazo.
EliminarTú los escuchas y sueñas, yo los escucho y me puedo comunicar con ellos :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Pues entonces, querida Myriam, la casa nunca está en silencio; es un extraño diálogo entre luces y sombras, una tertulia sin palabras. Un fuerte abrazo.
EliminarPrecioso micro y blog que acabo de descubrir , un saludo ¡¡
ResponderEliminarMuy agradecido por esa mirada y la esperanza de que estos puentes de papel nos dejen sitio para un largo camino de amistad y literatura. Un abrazo.
EliminarMe ha gustado mucho!
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Gabriela, eres siempre una palmada de afecto, una caricia. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNunca está vacía una casa cuando hay quien sueña las ausencias que nunca marcharán del todo. Precioso microrelato! Un abrazo, José Luis
ResponderEliminarAsí es, María, la memoria concede identidad a quienes ya no están aquí. Así que ese papel hermoso de preservar la sombra es una oferta de empleo que nunca rechazo. Muy feliz por tus comentarios.Un fuerte abrazo.
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