Ángulos muertos |
CONTINGENCIA
Una amanecida camino del espejo me perdí. Dejé un hilo de musgo en el pasillo. Desde entonces no sé quién es el solitario transparente que me mira a diario, como si no pasara nada.
(Del libro en preparación Cuentos diminutos)
Yo me pierdo todas las mañanas pero para no tener que mirarme, jajajajajajaja
ResponderEliminarLos espejos mienten, Tracy, estás estupenda, y llena de vida y calidez... Así que no hagas mucho caso a la voz del cristal.... Es pura envidia. besos, hoy con sonrisa de cuento diminuto.
EliminarSi todos los cuentos son así, el libro promete.
ResponderEliminarSe publicó un anticipo de este libro en Nueva York gracias al profesor y poeta Hilario Barrero. Ël incluyo una selección de cuentecillos en su colección de poesía - su género es difuso como vez- y tuvo la amabilidad de ilustrar la cubierta y algunas páginas interiores. Yo quedé feliz como un turista en el Hudson...Abrazos grandes.
Eliminar¡Y felicidades por lo de José! ¿También celebras el Luis?
ResponderEliminarPor lo de José y por lo de padre; mis dos peques son lo mejor que tengo y claro que habrá que celebrar ese estar juntos en la ventana abierta de lo diario. Un gran abrazo.
EliminarFelicidades, José! Perderse, a veces, es necesario para encontrarse, siempre que no te conviertas en caracol , que va dejando su estela de baba y musgo :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Pd- por el transparente, no te preocupes: lo mandamos a jugar con el Licenciado Vidriera :-)
Perderse es necesario, hay que dar trabajo a las brújulas y a los mapas, querida Myriam... Un gran abrazo y muy agradecido por tu felicitación. Lo de transparente no me preocupa mucho, las barbas y las gafas son signos de identidad que persisten en las esquinas... Feliz día.
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