Torre octogonal (Ávila) Fotografía de Adela Sánchez Santana |
OQUEDAD
Porque no estás
Sumergido en la noche,
oigo un cercano levitar de pájaros
que despeja el insomnio y te recobra.
Encuentro en tu pupila la extrañeza
de quien vive en un páramo
que ráfagas de olvido desarbolan.
Acumulo y arrojo
ribetes de amargura
a prudente distancia.
En el rigor maltrecho de la sombra,
te clarea la luz, de da pujanza
para que tomes posesión del día.
Para ti la mañana.
Para mí llega el sueño.
Exploro su oquedad. Cierro los ojos
(De La noche en blanco, Barcelona, 2006)
Es precioso.
ResponderEliminarEl poema siempre crece en las palabras del lector, tal vez porque encuentra en su hueco su sentido más pleno. Abrazos.
EliminarMuy agradecido por tu comentario y feliz de que te guste mi poema. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEs un lujo leerte. Un abrazo lleno de afecto y admiración, Poeta.
ResponderEliminarY es un lujo tu amistad, ahora cuando regreso a casa y la encuentro habitada por tus palabras. Un fuerte abrazo.
EliminarEn la ausencia, en la oquedad del frío o del sueño, siempre pones belleza. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarlas palabras son amanecidas de luz para nuestros sentimientos; tú lo sabes muy bien porque tu poesía es muy emotiva. Un fuerte abrazo.
EliminarEs precioso José Luis. Un placer comenzar la semana leyéndote.
ResponderEliminarLa foto también es muy bonita.
Sandra.
Ya sabes que yo solo soy responsable de los textos; las fotos suelen ser compañeras hospitalarias y cómplices que me proporciona Adela u otros amigos. la ciudad, Ávila, forma parte de mi memoria sentimental de infancia y es mágica porque me descubre a los extraños que me han ido habitando en el tiempo... Un fuerte abrazo.
EliminarQué manera de amar con la palabra.
ResponderEliminarEl rito es el poema.
Hermoso.
Y el poema el reflejo más nítido de nuestra identidad, querida amiga; somos la estela leve que trazan a diario nuestros sentimientos. Un fuerte abrazo.
EliminarHe venido por la contestación a mi comentario y no está ¿¿¿ ????
ResponderEliminarSólo encontré la oquedad....
Me aplico de inmediato en responder a tu comentario, Tracy; tienes cerquita las manos llenas, ese hueco que busca llenarse de complicidad y afecto. Un gran abrazo.
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