Espejos (Orlando, USA, 2013) Fotografía de Adela Sánchez Santana |
EROSIONES Y ESPEJOS
Cuesta habitar en una intimidad forzada
LUIS GARCÍA MONTERO
Viajo mucho a ciudades distintas
y lejanas, pero casi nunca abandono la habitación del hotel donde me alojo. Es
una costumbre arraigada. Nació en Orlando, el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del
huésped anterior. Fue él, con gesto tranquilo, quien me desveló su identidad y
quien tras una charla cuajada de interés, me facilitó el contacto con
huéspedes encerrados en otros espejos.
Todos resultan interlocutores amenos,
que buscan el aire fresco de la confidencia. La soledad
en los espejos es una calle que espera transeúntes. Sigo en ruta.
(De Cuentos diminutos)
Desde hace un tiempo vivo días intimistas. Parecen anotaciones de solapa interior que comunican sin estridencias la soledad del yo y el rumor de algunos enlaces afectivos. Una existencia de personaje secundario, que habita los renglones de un cuento diminuto.
ResponderEliminarEl espejo siempre nos depara sorpresas. Es fácil encontrar en él imágenes de otras vidas, rostros de otros encuentros, intimidades de otro tiempo. Y todas están en quien mira, en quien ve.
ResponderEliminarFeliz semana.
Dejas la clave, mi querido José Manuel, en la mirada limpia de quien percibe: el yo es otro... Un gran abrazo.
EliminarLa anécdota es simplemente maravillosa, el final estupendo.
ResponderEliminarAbrazo en ruta.
Ya hay ganas de ponerme con tu poesía, Gabriela, sé que será un trabajo común lleno de vida y sé también que te gustará muchísimo el plan de trabajo que sigo con una dedicación que solo la felicidad permite. Abrazos siempre agradecidos por tu comentario y por tu amistad.
EliminarAbrazo grande para ti y mi agradecimiento por tu trabajo y tu amistad.
ResponderEliminar¡Gracias por la felicidad!