Laguna del Campillo (Rivas Vaciamadrid, Madrid) |
ESCRIBIR EN RIVAS
“Agradezco mucho la buena
disposición y el clima general de colaboración de la Concejalía de Cultura y de
la Universidad Popular que han hecho posible el nacimiento de la revista Luna Llena, iniciativa de un grupo
de amigos y vecinos empeñados en que la creación literaria llegue a la inmensa
mayoría, como defendióa Blas de Otero. Queremos que la poesía esté en
la calle, como la rosa o el pájaro y sea un hecho medible y constatable…” Así
comenzaba la presentación del número 0 de la revista Luna Llena en la
ya desaparecida estructura provisional de la Universidad Popular. Era1990,
cuando nuestro municipio apenas contaba con unos miles de habitantes que
iniciaban una nueva aventura personal, todavía por hacer. Y ese proyecto fue mi
primera inmersión en el tejido asociativo de Rivas. Desde entonces han
transcurrido casi treinta años, he participado en decenas de citas culturales
y he escrito más de veinte libros, que alternan poesía, ensayo, aforismos y
autobiografía.
Nunca he creído en la idea de un creador desgajado de su contexto. Soy
un ciudadano que vive con intensidad los pormenores diarios de la calle y que
intenta reflejar en la página los rasgos figurativos de un entorno común que
engloba la individualidad y lo colectivo. Por eso, creamos hace décadas la
revista Luna llena, hicimos los
talleres literarios municipales, y coordiné durante una década la revista gráfica
y de textos Prima Littera. Estuve también compartiendo la primera fila de las Jornadas de Historia de Madrid, que
fusionaban historia, arte y literatura, y el ciclo Una biblioteca, un libro que trajo a la
biblioteca José Saramago y al Centro Federico García Lorca a los mejores poetas
y narradores del momento, convirtiendo la cita con la lectura en un hecho
cotidiano.
Aquellas iniciativas siempre tuvieron un refrendo de público notable. De
hecho, muchos invitados elogiaron, una y otra vez, el peculiar carácter del
público ripense y esa manera de confrontar sus versos con sensibilidades
despiertas y receptivas. Y la repercusión de los eventos programados fue grande
porque las revistas de información local –fundamentalmente las veteranas Este de Madrid y Zarabanda, a las que más tarde se unieron Rivas al día y Covibar-
siempre prestaron sus páginas con generosidad a la literatura.
Ahora, cuando la crisis económica amenaza con segar cualquier iniciativa,
Rivas se ha consolidado como municipio y ha hecho de la cultura una de sus
señas de identidad. Sus instalaciones, servicios y programaciones no tienen
parangón con otros municipios madrileños. Pero se corre el riesgo de que lo
conseguido en tantos años de esfuerzo se volatice. Conviene, pues, estudiar
otras formas de financiación, disponerse a ser generosos, aportando ideas y recursos.
Mi postura personal es conocida. La cultura no pertenece a ningún
monopolio ideológico ni depende de la voluntad de un cargo público transitorio;
es una obligación intrínseca a la persona, un derecho y un deber. Y en eso
estamos, con el folio sobre la mesa, el ordenador encendido y la ilusión
inalterable de seguir andando por las calles de Rivas “verso a verso”.
Bonito nombre. La primera vez que lo oí creí que era "Rivas va hacia Madrid", o sea, camina hacia Madrid. ¡Hasta que lo vi escrito! Espero alguna vez ir por allí.
ResponderEliminarSaludos desde Granada.
Sandra
Será un placer verte por aquí, Sandra, en Rivas hay mucha poesía en la calle, no tiene el esplendor de Granada ni esa belleza de la arqueología en el tiempo pero es habitable y cercana. Así que será un placer realizar una buena tertulia literaria. Feliz día.
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