Llamarse nadie José Luis Gómez Toré Edición y selección de Óscar Curieses y José Luis Gómez Toré Prólogo de Óscar Curieses Editorial Polibea, Colección El Levitador Madrid, 2019 |
EL
VIAJE DE ULISES
Poeta, ensayista, dramaturgo, editor y profesor en ejercicio, José Luis
Gómez Toré (Madrid, 1973) ha desarrollado un largo viaje creador del que la
antología Llamarse nadie es atinado
muestrario. En su texto introductorio, Óscar Curieses, desde un compartido
mirador estético y un común eje de simetría en la elección de textos, repasa el
contacto personal con el madrileño, algunos rasgos de su personalidad sosegada
y ajena a la estridencia del estar, y clarifica el orden poético, no pactado
por la cronología sino por un cambio de lugar que añade al poema una nueva
significación contextual dentro de una tendencia de la lírica española
contemporánea que bascula entre la conciencia crítica de la poesía social y el
silencio interior que explora vetas reflexivas en la poesía del silencio.
Los poemas en sí se imponen siempre, sobre cualquier debate intelectivo,
y este volumen aglutina textos de casi dos décadas de escritura, desde 2002 a
2019, puesto que también se integran algunos inéditos que abren la puerta al
presente creador. Como escribe en el preliminar “Quedarse en Blanco” José Luis
Gómez Toré “Toda antología no es a la postre sino un pacto entre memoria y
olvido”, así que la selección resulta una oportuna delimitación de la zona de
juego en quien, cada vez más, percibe el poema como ”una especie de acercamiento,
una suerte de cerco a un territorio blanco, un espacio que es y no es el de la
vida” (P. 21).
Conocí al poeta en 2001, cuando coincidimos en las aulas de un instituto
madrileño ubicado en Rivas-Vaciamadrid, mientras José Luis Gómez Toré preparaba
su tesis doctoral sobre Francisco Brines. Esta proximidad emotiva me ha
permitido un seguimiento continuo del quehacer versal desde la epifanía. Por
tanto, es inevitable un claro disentir emocional por la suspensión en esta
muestra del título de arranque Contra los
espejos, por más que sea prehistoria literaria. Allí amanecía “la
particular indagación sobre la escritura y la memoria, la materia (en especial
el agua) y la posibilidad o imposibilidad de conocer y de conocernos, de romper
los espejos que cada uno de nosotros somos”. Sí están representadas las
siguientes teselas: Se oyen pájaros, He heredado la noche, Fragmentos de un cantar de gesta, Claroscuro del bosque –que se incluye en
su integridad-, Un corte que no sangra
y Hotel Europa, junto a dos poemas
inéditos en libro, “El territorio blanco” y “Piedra”.
La propuesta exploradora de Llamarse
nadie organiza un trayecto lector en ocho tramos. Todos comparten en su
denominación el sustantivo blanco, lo que concede a este color una simbología
germinal que parece necesario recordar: el blanco integra epifanía y pureza,
desnudez natural, transparencia y encuentro. Pero la semántica se expande
cuando añade otros términos: Blanco de cinc; Blanco: celosía; Blanco: Lunar;
Blanco: Intervalo; Blanco: Sol de invierno; Blanco: Claroscuro; Blanco:
Ceguera; Blanco: Futuro. Se me permitirá que deje que el lector recorra el
espacio activo de los significados.
José Luis Gómez Toré trasciende el espacio sentimental del poema para
activar en el sujeto un mirador para el pensamiento social y la cartografía
colectiva, y para abrir una apertura al sentido del lenguaje como estrategia de
la razón que moldea una visión del mundo. De este doble afán sostenido nace un
cauce lírico que hermana filosofía y razón poética, inmersión en la memoria del
legado cultural y exigencia constante de despojamiento; ese trayecto del estar
en el tiempo en el que el hombre aprende ese silencio de llamarse Nadie.
Muchísimas gracias por esta reseña, tan cómplice como lúcida. Un fuerte abrazo, J. Luis
ResponderEliminarUn placer adentrarse en tu itinerario poético, José Luis Gómez Toré. Tenemos una larga historia común de amistad y poesía, así que encantado con tu trabajo. Feliz día.
EliminarMagnífica e interesantísima reseña. Con muchas ganas de hacerme con un ejemplar. Un gran abrazo.
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