Desnudez |
DESCONCHONES
La
realidad establece con precisa exactitud sus desconchones. En
ellos habito, mientras van pasando los días para la graduación ocular definitiva.
El regreso a los hábitos de siempre será emotivo para la voluntad y el ánimo:
calle abierta y pared enfoscada; epifanía.
Hablo
de ensimismamiento pero el concepto requiere matizaciones; he podido disfrutar
de otras actividades. Sucedáneos para cuando despierte de este sueño de ocres y
vea que todavía la literatura sigue ahí.
Debo
callarme frente a los que escriben haikus en romance. El analfabetismo
literario es muy visceral.
Las
confidencias hay que merecerlas; los que opacan el cristal no son destinatarios
del intimismo.
Algunos siguen considerando el insulto como una de las bellas artes. Y baten palmas
frente al alba rosada de los exabruptos. Tal creencia dice mucho de su estado
mental, de su empeño de viajar en barca por el mar de la Mancha y del enorme
porvenir laboral que tiene la psiquiatría.
(Apuntes del diario)
José Luis. Me parece que este desconchón tiene destinatario.
ResponderEliminarClaro que sí, querido Francisco Caro, cada texto es un espacio habitable que invita a un lector singular. Son tiempos donde el muro firme de la certeza se va llenando de desconchones; ya sabes que a mí me gusta mucho mirar alrededor para aprender a mirar dentro. Mil gracias por tu afecto y prontito nos vemos. Espero. Feliz jornada.
EliminarMe encanta la primera frase de la entrada de hoy, José Luis. Los desconchones aparecen solos y muchas veces los formamos nosotros mismos. No hay pared inmaculada por mucho tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y que tu finde sea amable. :)
A mí me gustan mucho, Sandra, me parece que esa estética de asimetrías construye un retrato personal de lo perecedero, así que ahí ando, de cara a la pared, buscando grietas para guardar los sueños. Fuerte abrazo querida poeta.
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