Espera (Mesa de trabajo) |
ACEITE SOBRE EL AGUA
Nada se sabe, todo se imagina
FERNANDO PESSOA
Penoso el compadreo para repartirse el poder judicial. No extraña que después florezcan a diario esas sentencias que tienen como título secundario aquel aforismo de Stanislaw J. Lec: "Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla".
Íntima cartografía del sujeto verbal y sus desplegadas conexiones con el
entorno. Desmantelo la biblioteca por reformas. Se acumulan los libros en
estantes provisionales, cajas, maletas, mesas de trabajo y se agrieta la
discusión perpetua: hay que seleccionar libros y desprenderse de los que
desbordan las habitaciones. Pero, ¿qué libros sobran? Poesía, no; ensayo, no;
filosofía, no, aforismos, no; historia, no; novelas… Bueno, y presentan
urgentes credenciales Saramago, Coetzee, Alice Munro, Onetti, P. Modiano… En
cuántas novelas, durante años la luz.
Los etiquetados imprevistos en el muro de facebook, hechos casi siempre con la mejor
voluntad, no pocas veces me crean un problema: si he pasado una semana haciendo
una reseña y anuncio la nueva entrada del blog, no hay sitio
para promocionar mis propios poemas, los éxitos literarios de desconocidos o
los eventos digitales del día; así que borro la etiqueta y sé que borro también
un poco de la amistad del otro. Pero la razón es meridiana y es bueno que los demás perciban claridad y amanecida; el despertar en un libro leído por
intensa dedicación.
La caligrafía insomne de su mensaje me recordó: “no tengo aspiraciones
trascendentes. Solo quiero ser feliz”.
(Apuntes del diario)
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