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Acantilados de Moher, Irlanda Imagen de Archivo Pixfuel |
EN EL ACANTILADO
Lo irracional salva a lo cotidiano del dos más dos.
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El psicólogo es un existencialista de butaca.
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Antes de dormir, la realidad anímica del delirio apuesta
mucho al ahora o nunca.
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Hay locuras aristocráticas, que usan tacones y zapatos de
piel.
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La razón nunca poda los brotes nuevos del absurdo.
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Obsesiones, manías, rarezas… Voces secundarias. Pasos
previos.
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Lo irracional agita la superficie del lenguaje para llegar
al limo.
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Clava su voz; es alambre con púas.
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Con monotonía contagiosa, el loco polariza su existencia
entre acantilado y razón.
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La simpleza atribuye la locura a alguna causa justa.
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Goteras mentales; lluvia fuera del argumento.
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Nunca supo calcular distancias. Dispara a la luna.
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Practica a diario el nomadismo; su enajenación multiplica
los puntos de fuga.
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Da miedo la orfandad de quien tiene razón.
(Aforismos en el acantilado)
Así es poeta, el absurdo y la incertidumbre que nos lleva si no podemos cuidado y nos dejamos arrastrar. Salud y risas amigo!
ResponderEliminarGracias querido Luis, salud y risas y esa amistad donde cada palabra adquiere el sitio justo de los significados; hoy es un día muy intenso porque acabo la corrección del nuevo libro, así que tu abrazo verbal da calor y abrigo, comparte el café caliente del despertar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSeguro que ese libro será estupendo. Ya lo disfrutaremos. Abrazos amigo
EliminarQuerido Luis, siempre estoy lleno de dudas, hasta que el libro se edita y se hace autónomo, como esos hijos que deciden vivir por su cuenta. Entonces respiro tranquilo y duermo con cierta calma. Un gran abrazo y te mantendré informado de estos líos literarios inacabables.
EliminarMe han gustado mucho estos aforismos del absurdo. Un absurdo que parece corrier lis cimientos de la razón y la equidad. Feliz día Jose Luis.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu complicidad lectora, querida Carmen; en este ahora extraño cada palabra se puebla de incertidumbre, de no saber dónde está el acantilado o la tierra firme, así que hay que buscar brújula en la razón para seguir con ánimo y esperanza. Agradezco mucho tu ánimo y esperanza. Es un respaldo maravilloso. Fuerte abrazo.
EliminarLos Acantilados de Moher son un lugar con un valor añadido para mí, hoy ese valor se multiplica y, quizás, se coloca en el correcto.
ResponderEliminarBendito encuentro, José Luis.
Un abrazo, "desde mi acantilado"
El paisaje es fascinante, querida Pilar, allí estuvimos hace muy poco tiempo, y recorrimos esa belleza natural que tanto invita al pensamiento. Así que muy feliz por seguir compartiendo andenes, palabras y afectos. Un placer, querida poeta.
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