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ACCESO RESTRINGIDO
Aquí reptan oscuras
las aceras sin rastros.
Nadie llega hasta mí, me desconocen.
En esta tarde gris
soy un islote
que encarece el acceso restringido.
Ningún camino drena el cauce de estar solo;
bajo el sol de verano
los cielos no sostienen el vértigo del vuelo,
las piedras no permiten enraizar
y el reloj contamina
esa paciencia lagrimal del sueño.
Cuando trazo la
línea de horizonte
todo es afán difuso, entorno sin testigos;
pozos enarenados que retuvieran sombras
de bosques bajo el limo.
Acabo preguntándome
quién construyó esta cárcel
y si existe otro sitio, otro exilio vacío.
En la puesta de sol
cierro los ojos.
Anticipo el regreso
de quien deja en la noche los pigmentos,
una alberca de formas que cobija
naturalezas muertas.
las aceras sin rastros.
Nadie llega hasta mí, me desconocen.
En esta tarde gris
soy un islote
que encarece el acceso restringido.
Ningún camino drena el cauce de estar solo;
bajo el sol de verano
los cielos no sostienen el vértigo del vuelo,
las piedras no permiten enraizar
y el reloj contamina
esa paciencia lagrimal del sueño.
todo es afán difuso, entorno sin testigos;
pozos enarenados que retuvieran sombras
de bosques bajo el limo.
Acabo preguntándome
quién construyó esta cárcel
y si existe otro sitio, otro exilio vacío.
Anticipo el regreso
de quien deja en la noche los pigmentos,
una alberca de formas que cobija
naturalezas muertas.
(Del libro Nadar en seco)
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