Lealtad (Argos y Ulises) |
ARGOS
Porque nunca descansa el abandono
que confunde la ruta
y apoca voluntades, polvo e incertidumbre,
Argos viene conmigo.
El perro que guardó la memoria de Ulises
es un derrame viejo, el regocijo
de quien sabe dormir en la renuncia
y habita todavía
los furtivos relieves de otro sueño.
Ladra como una queja al paraje del día
y, cuando lo acaricio,
su pelo encanecido prolonga el costillar.
El manotazo frío del invierno
no apagará su compañía.
Apoyado en el quicio de su vecindad
nunca me siento lejos.
Los dos estamos fuera de lugar;
la indigencia común nos hace fuertes.
(De Nadar en seco, 2022)
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