La cuerda rota José Ignacio Montoto Renacimiento, Sevilla, 2014 |
INCERTIDUMBRES
Con La cuerda rota, libro ganador
del premio de poesía Andalucia Joven, José Ignacio Montoto (Córdoba, 1979),
articulista, crítico y gestor cultural, se integra con fuerza en la abierta senda de la
lírica actual, un espacio amplio y remozado donde se aglutina un fecundo cauce de iniciativas y
propuestas.
El recorrido que completa La
cuerda rota dibuja una línea continua, que se inicia en el andén de partida
–prólogo- y busca un lugar de llegada –epílogo- para que entre ambos puntos se
cobije la distancia vivencial que define, con trazo directo, un soliloquio
sentimental hecho de soledad. En él se mide el transcurrir de un tiempo de desamor.
El plano urbano sirve de marco. Ese laberinto de cristales y escaleras mecánicas de una gran superficie, atestada de franquicias y carteles publicitarios. Una paradoja aceptada que
define nuestro tiempo: grandes espacios donde cada sujeto deambula entre una
multitud de solitarios que inunda los templos de consumo y que soportan
un entorno relacional complejo, donde signan las horas del reloj las agujas del mutismo y el desconcierto. El
yo contemporáneo es tedio y prisa, un digno imitador del hombre deshabitado.
El poema “Autopista azul”, con narratividad pautada, enuncia esa llegada
del vacío, como si fuese fruto de un legado ancentral que se va cumpliendo en
cada ser concreto. En él vuelve a germinar la historia reiterada de las relaciones; la erosión y el desgaste de los puentes al
otro. Para protagonizar esta situación anímica el autor elige un yo femenino, como
si buscara tomar distancia y objetivar el intimismo; la introspección vela la
casuística concreta para dejar un argumento escueto en el que la mirada limpia
de la infancia comienza a enturbiarse y las esquirlas del desamor rompen los
espejos.
El segmento central del poemario adquiere un tono digresivo. Las
estrofas versiculares conceden a las composiciones la aparente prosodia del
poema en prosa, que admite bien la apoyatura cultural; se citan nombres propios
con claros significados añadidos:
Bécquer, Nicanor Parra, Alejandra Pizarnik…
Un texto clave del poemario es el que da título al conjunto, “La cuerda
rota” con una meditada reflexión sobre el desamor. Otro texto que resalta por
su firmeza compositiva es “Retrato sin espejo con Rosa”. Como si el acontecer
sometiese a los sentimientos a un severo estiaje, las palabras describen las
dolorosas punzadas de la pérdida y muestran, al mismo tiempo, la resistencia
activa del sujeto para preservar en la memoria el tiempo compartido y los pasos
dados en torno al amor.
El epílogo, formado por el poema “Quitamiedos” caligrafía la estela
marcada en el transcurso existencial; como si fuese un itinerario en círculo,
el escenario de salida reaparece para reconstruir el inicio del desamparo, la
certeza de estar sola frente a una multitud que ignora los viajes interiores
del corazón.
La poesía de José Ignacio Montoto transita por la indagación, viaja
con naturalidad por un estilo que emparenta con el poema relato para completar
una historia en versión femenina, y lo hace con la impronta de la buena poesía;
un tono sostenido de cuidada exposición traza una historia
cercana y verosímil. Nos rodea el silencioso abrazo del vacío.
Me encanta Montoto, lo sigo desde su primer libro. Lo conozco personalmente y es también encantador. Me alegra que lo hayas traído hasta aquí.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado seguir los paos de la poesía más joven. Es la voz del ahora y ahí tiene un sitio de preferencia José Ignacio Montoto, por su calidad literaria. Un fuerte abrazo.
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