Lecturas buenas y malas José Luis García Martín Renacimiento, Los Cuatro Vientos Sevilla, 2014 |
LECTURAS
La primera reseña realizada por José Luis García Martín amaneció en la
revista Jugar con fuego en 1975.
Desde aquella época hasta ahora, da a conocer con regularidad sus inquietudes lectoras hasta
convertir el quehacer crítico en clave esencial de su personalidad
literaria. El continuo desembarco en la página escrita ha ocupado los
principales suplementos nacionales y periódicos como El Correo de Andalucía y la Nueva España. Además ha
convertido en norma el compilar antologías de reseñas, en
volúmenes como La poesía figurativa, Biblioteca circulante, En el punto de mira o Gabinete de lecturas.
En Lecturas buenas y malas,
como ha sucedido otras veces, el escritor no se limita a compilar reseñas sino
que añade entrevistas, artículos breves, incluso reflexiones o máximas. En el
prólogo “Criticar por criticar” los aforismos cumplen la función de un manual de
instrucciones. En ellos se expone una filosofía crítica
de inmediato interés; son excelentes breverías que aglutinan humor y
paradojas.
El lector García Martín hace balance con escepticismo confidente. El quehacer
aglutina lecturas provechosas y dedicaciones prescindibles, porque la literatura
es un punto de encuentro con lo imprevisible y no un púlpito para escuchar
solemnidades y dogmas. Por eso, el poeta y profesor despliega ante el mapa de ruta
algunas reflexiones que no conviene perderse: “Nadie verdaderamente
inteligente se dedica a la crítica”,
“Sin capacidad de entusiasmo no hay buen crítico; sin un punto de sadismo
tampoco”, “Las reseñas no forman parte de la crítica sino de las relaciones
públicas”, “Un poeta mayor de treinta años que lea fundamentalmente poesía
nunca escribirá nada que merezca la pena”. No cito más. Que quien se acerque al
libro descubra por sí solo el poder de seducción de estos aforismos y adivine la
necesaria dosis de humor para no tomarse estas anotaciones como escrupulosos principios; son una invitación a adentrase en las páginas sin esquemas prefijados.
Lecturas buenas y malas es
fruto de un habitual de las librerías, así que las secciones que lo integran
apuntan una diversidad genérica en la que conviven escritos sobre novelas,
diarios y poesía. A esta última dedica por completo el apartado “Algo de
poesía”, comentando nuevas entregas de nombres asentados en el parque
lírico, por los que percibimos una querencia natural y una sólida
fidelidad lectora: están los regresos de Miguel d´Ors, Andrés Trapiello, Eloy
Sánchez Rosillo, Felipe Benitez Reyes, Luis García Montero… Todos ellos seleccionados
ya en La poesía figurativa y en antologías que han ido trazando el mapa
poético de las últimas décadas.
García Martín tiene bien ganada su
independencia de criterio. Persiste en valorar un poemario no por la
jerarquía de quien lo firma sino por los méritos escriturales de los poemas. Si
tiene que decir “no”, dice no, aunque la ponderación afecte a un Premio
Cervantes como José Manuel Caballero Bonald, o a poetas de la aristocracia
editorial como Antonio Martínez Sarrión o Pere Ginferrer.
Ya he comentado que no existe una mirada lectora monolítica y que queda
sitio para la novela, incluso la novela histórica que acoge acontecimientos
enaltecidos por la ensayística. El plural interés convierte la literatura en un "Arca de Noé" donde conviven novelas, sociedad literaria, desbarres críticos, diarios o entrevistas en las que se fogean el criterio y los ánimos que caligrafían las reseñas. Y todo con los añadidos de un dato de interés para el investigador, una pincelada humorística, o la sana intención de "dar al César lo que es el del César", es decir, de formular juicios de valor sin aspavientos.
La buena crítica nunca es una
actividad subalterna; supone una equilibrada combinación de cualidades. En este volumen de José Luis García Martín cada reseña es un
ámbito inteligente y divertido, una mesa despejada que busca la cordial compañía del
lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.