Omisiones, ventanas Fotografía de archivo |
HETERÓNOMOS
A León Molina
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
A veces llora y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde inicia el
galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
(“hallé la puerta abierta
y me aburría…”)
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.
(Antología Pulsaciones, Sevilla, 2017)
El sábado, 28 de abril, en la librería de la Isla Siltolá, en la calle San Bernardo de Sevilla, presentamos la colección Wasabi, de Takara Editorial. Fue un acto entrañable en el que su coordinadora editorial Rosario Troncoso explicó con verbo cálido el proyecto poético de estos dos años de creación. Después León Molina y yo hicimos una lectura conjunta... El resultado ha dejado en mí una sonrisa optimista, un perdurable estar en la ventana de lo diario...
ResponderEliminarFue un auténtico placer la lectura y las horas en Sevilla. Y lo del poema ya, corazón partío. Gracias, amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarUna aalegría estar con los dos, Ana es un cielo, así que un disfrute que debemos mimar en el futuro...aunque la sierra esté en el más allá...
EliminarSaquemos al yo niño/a jugar.
ResponderEliminarSimplemente maravilloso, José Luis