Clausura Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
INOCENTADAS LITERARIAS
Cuando la verdad se desnuda
hay muy pocos que la reconocen
José Mateos
Algunos escritores no tienen
reparo en escribir sonetos cortos, de nueve o diez versos, o haikus treboleros,
de cuatro versos y sílabas aleatorias. Suelen tener cerca un crítico aguerrido, que jalea el
estropicio y además comenta que los que siguen las normas literarias son
conformistas, poco comprensivos y fundamentalistas en el rigor.
Durante más de dos décadas fue
gestor cultural. Prodigó favores, invitaciones a eventos, jurados y
publicaciones institucionales. Ya sin la ebriedad del poder, regala sus libros
a quienes no invitó nunca. Confía mucho en el sentir solidario, en ese gesto
menesteroso que tiende a engrandecer lo pequeño.
Criticó ferozmente a su antecesor
en el cargo. Con otros polemistas consiguió que lo despidieran. Ahora sigue al
pie de la letra el inepto plan de trabajo; al cinismo no le gusta innovar. Perpetúa lo
que funciona bien.
Todo es yo, tanto la felicidad como la carencia. Alardea de tener un sol propio. Nunca ha percibido la amistad
como senda de dos direcciones. Sin gestos necesarios hacia los demás, se siente río que no remonta, de dirección
única.
Éxito literario total: todos los libros de su palmarés son autoediciones.
Los nuevos amigos dejan la
conspiración en las tempranas raíces de sus afectos; promueven la liquidación por
derribo de quienes estuvieron siempre. Suponen que hay que borrar el pasado, recubrirlo de escarcha, para que su ahora sea techo y fronda; simule los andamios del futuro.
Cuánto cansa esa imbecilidad que espera, con la sonrisa iluminada, a que termine de hablar para contradecirme de inmediato.
Fue encogiéndose sobre sí mismo hasta perder su identidad completa. Ahora culpa a los otros de su carencia.
El absurdo es inabarcable. No tiene clausura.
Fue encogiéndose sobre sí mismo hasta perder su identidad completa. Ahora culpa a los otros de su carencia.
El absurdo es inabarcable. No tiene clausura.
(Notas de diciembre)
Es difícil ser crítico honesto. Es difícil, supongo, no dejarse llevar por el elogio bien pagado por las editoriales, ni por la acidez del gusto subjetivo contrariado.
ResponderEliminarAun así, los lectores necesitamos alguien en quien confiar para elegir un libro o no: para separar el grano de la paja.
A veces pienso que, en lugar de críticas o reseñas, sería mejor ofrecer fragmentos o pasajes de los libros, para que el posible lector juzgue directamente y por sí mismo antes de adquirir y leer una obra.
Sandra Suárez
Como en todo lo demás, la crítica tiene aspectos múltiples y llenos de fuerza; para mí es maravilloso ejercer a diario ese enfoque lector que me hace más testigo de otras voces, así que seguiré en la misma línea, con aciertos y errores, sin dogmas ni certezas absolutas. disfrutando de la compañía en el trayecto de amigos y lectores. Mis mejores deseos, Sandra.
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