Campo de otoño (Sierra de Gredos, Navadijos, 2019) Fotografía de Rubén Sánchez Santana |
VIDA LABORAL
Esos amigos que
parecen puzzles en los que no encaja ninguna pieza.
Un anclaje en el
agua.
Queda la versión
íntegra de su historia personal. Nada con un fondo gris.
Solidaridad de
papelera, que deja sitio de inmediato a todo lo que sobra.
El topo defiende
la semejanza cromática.
Solo percibe las
palabras propias. Las voces ajenas son ruidos abruptos.
Me dedicó en seis
meses tres adjetivos, dos adverbios y cuatro preposiciones. Un despilfarro
austero.
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