Café matinal Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
OJOS DE LUNES
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
Entre los misterios de su inteligencia, ese empeño en
ocultarse a diario.
Un ejemplo de fidelidad
extrema; mantuvo siempre un inquebrantable compromiso con la estupidez.
Cuando aletea, el optimismo recuerda la mínima vibración de
una libélula.
Esas voces que ganan altura cuando callan.
Acabó identificando su belleza con el vacío; en ella, todo
es nada.
Tan avaro que cuando respira se queda con el oxígeno y con
el anhídrido carbónico.
(Aforismos de lunes)
Una entrada demoledora, poeta. Un fuerte abrazo de martes.
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