El árbol del lenguaje Sobre la poesía de Julio Cortázar Andrés García Cerdán Editorial Visor Biblioteca Filológica Hispana Madrid, 2021 |
AGUJAS DE MAREAR
El ensayista traza la línea argumental del volumen yuxtaponiendo reflexiones teóricas, con un pórtico poético. En la de amanecida “las oportunidades de la distracción” advierte que la sensibilidad poética es un inabarcable espacio de contradicciones que hace posible un despliegue del lenguaje introspectivo y expandido hacia las cosas. desde itinerarios proteicos, intuitivos, rupturistas con la racionalidad de una estética cerrada. Así sucede, según el ensayista, en el fluir poético de Julio Cortázar, siempre proclive al juego literario y la inmersión exploratoria en las posibilidades del lenguaje y en las coordenadas menos transitadas de la realidad.
El árbol del lenguaje permite escalas subterráneas y aéreas. Construye un ámbito rizomático, disgregado. Desde esa perspectiva, Cortázar, según el estudioso, “atiende a las explosiones de una palabra febril, vertiginosa, matinal, palabra que no se consuma, como sucede en el uso instrumental del lenguaje, sino que permanece perpetuamente abierta hacia el interior de sí”. Por tanto, es esencial en el lenguaje el papel de apertura. Velar por la exclusión de un sistema canónico y fosilizado que erosione su dinamismo subversivo y el rol generador de otras dimensiones de lo real. Esto permite una obra poética permeable, en continua mutación que, sometida a una fuerte pulsión dialéctica, recorre una larga distancia formal entre la amanecida de Presencia hasta los frutos últimos de Salvo el crepúsculo.
García Cerdán emplea una etiqueta crítica de Octavio Paz, la tradición de la ruptura, para integrar en ella la expresión creativa de Cortázar; su poesía repudia cualquier sumisión a cauces académicos, ideológicos o sociales para establecer un orden solar, una poética cuestionadora. Su obra está marcada por la intuición libre y por relaciones simbólicas con los estratos asimétricos de la realidad. No sería, por tanto, la creación artística un producto estético sino una inmersión en lo irracional, una búsqueda de estratos significativos, más allá de lo aparente y una red de planos de la realidad visualizada mediante el pensamiento analógico.
La sección “Baudelaire-Mallarmé-Rimbaud” remonta la ascendencia del inconformismo poético de Cortázar. El escritor mantiene una fuerte evolución, impulsado por su insatisfacción progresiva y su abierta fe en las posibilidades del lenguaje. Así lo manifiesta en su escritura: ”La poesía es una aventura hacia el infinito; pero sale del hombre y a él debe volver”. Su poética también se vincula a la llamada poética del delirio y al credo surrealista, como se subraya en el hermoso texto de “Teoría del túnel”.
Toda creación sugiere una perspectiva que trasciende lo estético y define una posición, un humanismo crítico, una toma de conciencia. El ensayista recuerda que para Cortázar “la poesía es un camino de conocimiento y compromiso”, una respuesta ante la existencia y el devenir histórico que está en continua revisión.
El ojo crítico de Andrés García Cerdán propone en El árbol del lenguaje una caracterización de la trayectoria poética de Cortázar como obra abierta, despojada de juegos retóricos y del intimismo reflexivo de la oratoria autobiográfica. Es una creación emancipada, hecha desde la voluntad de cambio y transformación. En ella se cobija la excepción como acceso a una realidad oculta, solo asequible bajo la piel porosa del lenguaje.
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