jueves, 17 de febrero de 2022

LUIS RAMOS DE LA TORRE. URGENCIA DE LO MINUCIOSO

Urgencia de lo minucioso
Luis Ramos de la Torre
Prólogo de José Luis Puerto
Lastura Editorial
 Colección Alcalima de poesía
Madrid, 2021


MATERIA EN TRÁNSITO 


   Casi desde la amanecida de su poesía, la música ha sido compañera de viaje del quehacer creativo de Luis Ramos de la Torre (Zamora, 1956), Doctor en Filosofía, cantautor, profesor jubilado e investigador de la obra de Claudio Rodríguez, sobre quien ha preparado ediciones críticas. Ese marco expandido adquiere en junio de 2021 un nuevo trazado al publicar Con los ojos del frío, una compilación de relatos donde se manifiestan los ecos de lo cotidiano, esas mínimas historias protagonizadas por identidades secundarias que muestran una lectura paradójica de lo existencial, cuajada de rincones imaginarios.
   Con la nueva entrega Urgencia de lo minucioso retorna al cauce poético, con un eje de luz de José Luis Puerto, quien muestra las cartas estéticas del poeta en el texto “De la poesía como ofrecimiento”. Puerto percibe en la mirada del poeta zamorano un murmullo de búsqueda, una inmersión en los linderos de las cosas al paso para apropiarse de su calidez confidencial; de este modo, se abre una nueva perspectiva de iluminación y transcendencia, que da sentido al decurso contenido de la existencia.
   Las cartas paratextuales dejan en primer plano citas de Olvido García Valdés, Hölderlin y José Ángel Valente, voces con una apuesta clara por la poesía reflexiva y metafísica, que alude a los rincones en sombra del yo espiritual. La palabra define, trasciende la materia, se hace luz y reflejo para aventar la penumbra cavernosa del tránsito.
  El volumen Urgencia de lo minucioso reúne más de sesenta poemas, escritos en poco más de un año, ya que El dilema del aire, entrega con la que el poeta obtuvo el Premio Ciudad de Salamanca, se editó en 2020. Tal cantidad nos habla de una madurez poética muy fértil, que expande una fuerte diversidad de intereses argumentales. Quien reconstruye el proceso poético  del escritor vislumbra una lírica meditativa, que opta por el poema breve y esencial. Con él clarifica la relación directa del ser con el entorno, donde la naturaleza nunca pierde su carácter nuclear. La compañía del entorno es ritmo y raíz, acorde vivo que acumula en silencio mínimas notas de verdad y belleza, de las que el yo se hace testigo para evocar, más allá de lo aparente, el dinamismo de la materia: “Miro el árbol atento /     su serenidad, su cima, / y en la rama solo queda un único espía / un único testigo / de su hechura en el aire contemplándonos, / el último fruto vigilante y sincero, / que enhebra con el tiempo y con nosotros su cosecha”.
   La mirada indagadora se mantiene alerta frente al vasto paisaje y los meandros de lo contingente. Se hace vigilia y vértigo. El despliegue de elementos en el entorno invita a la reflexión, postula la necesidad de recobrar la mano tendida de lo cercano. El perfil del día insiste en el abrazo de luces y sombras. Siempre andan cerca la incertidumbre y el destiempo del dolor, la inercia de la niebla en la razón y esa intemperie gris que asola la esperanza. Desde un ejercicio de resistencia llega la fuerza del poema: “Avivemos el horno de lo minucioso, / la calera del alma, / lo claro y lo distinto ajeno / donde se blanquea y purifica la herida. / Avivemos juntos, sin miramientos, / de una vez, y sin más, la vida”.  Los poemas de La urgencia de lo minucioso perciben bifurcaciones complementarias. Las composiciones tienen un carácter único en su forma de conectar sujeto y marco de representación de la existencia. En ellos se retrata con trazos limpios una sensibilidad en grata convivencia con la luminosa hechura de lo humilde, con esa discreta normalidad de lo telúrico que invita a salir de uno mismo y asir la claridad y el burbujeo de lo perecedero, ese abrazo del viento que sostiene las alas.
 
JOSÉ LUIS MORANTE


        

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