El espejo William Orpen (1878-1931) |
NUEVA IDENTIDAD
No es el otro lado del
espejo,
sino de uno mismo
Luigi Amara
Tras años de ser ella en una
franja abierta de la realidad, deseó ser otra. Puso en su biografía una mordaza
y recomenzó. Sus pasos regresaron hasta el cero y empezó a labrar un lugar inexplorado
para amanecidas y crepúsculos. Paseó calles donde los transeúntes eran
presencias desconocidas, inició labores y afectos sin fisuras y habitó el
misterio de quien se mira por primera vez y no se reconoce.
(De Cuentos diminutos)
El cuentecillo se inspira en la historia personal de una amiga entrañable, su estar y su búsqueda de la felicidad es ejemplar. Lo sé. Ella también lo sabe.
ResponderEliminarMe encantó este cuento. Me identifico bastante con tu entrañable amiga. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, querida amiga, bienvenida a estos puentes de papel; comparto contigo ese propósito de buscar en cada jornada una puerta nueva, otro paisaje para que la identidad se haga fuerte. Un abrazo.
EliminarEste cuento es…
ResponderEliminarSiempre hay alguien escondido al otro lado del espejo, luchando por sobrevivir.
Siempre hay alguien encontrándose por primera vez en una imagen.
Siempre hay quien parte de cero en soledad, pero sin miedo.
Me gusta cruzar tus puentes.
Un abrazo.
Es casi una historia real, María, alguien cerquita que una amanecida decide cortar raíces y dar vida a otra identidad. Y lo consigue. Y es feliz. Así que su lección vital es digna de reflexión. Abrazos, María.
EliminarRecomenzar... cuántas veces nos hace falta en la vida!
ResponderEliminarMe gusta mucho José Luis. Abrazos!
Sandra.
recomenzar, Sandra, para que la inercia de los días no nos arrastre como polvo y ceniza. Buscar la felicidad en cada instante es una obligación del ser y del estar. Un fuerte abrazo.
EliminarSalir de la cotidianidad del repetir con inercia los dias sin sentido, tomar la decisión de ser, tomar lo poco que queda de ese mutismo, juntar los cabos sueltos y resolverse a ser otra, levantarse como el ave fénix y retomar el vuelo aun mas alto, para desde las alturas contemplar en lo que se estaba convirtiendo, mirar adelante y cual raudo extender sus alas, su vida y volar, volar a lo desconocido pero con la certeza que sera mucho mejor que lo vivido
ResponderEliminarVivir por inercia como si dieses cuerda al reloj de la grisura es no existir, así que a veces hay que moldear la propia identidad y ser otro. Un fuerte abrazo, querida amiga.
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