Reloj dormido Fotografía de La Voz de Asturias |
LOS QUE ESPERAN
Llegan temprano al parque, desde algún lugar común y desdoblado. Caminan lentos como un rumor antiguo. Tienen desgarraduras en el cuero curtido del zapato y los ojos adustos, clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas improbables, escapes de otra identidad que ahora parece tangencial y oscura. Cuando están en el parque nada ocurre, pero son más ellos. Suspendidos en una actitud tallada por el tiempo, con el reloj dormido, solo esperan.
Apunte otoñal
En su reloj de arena,
ResponderEliminarpoblado de latidos,
es opaco el cristal.
Feliz jueves, José Luis.
Gracias querida poeta, estamos en ese itinerario de celebración de la ternura y de aceptación del hilo frágil que sostiene a cada identidad; son días de observación y conocimiento, de buscar en ese teatro abierto del parque la soledad de los que necesitan compañía y palabras, ganas de seguir caminando. Fuerte abrazo.
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