Marcas en la piedra Doce aforistas vascos Aitor Francos (Edición) Editorial Renacimiento Sevilla, 2019 |
CANTOS RODADOS
A Patxi Andión, por su voz cálida
Al indagar el legado del aforismo
contemporáneo se percibe un venero disperso, múltiple en propuestas y
protagonistas. Así lo percibe Aitor Francos, poeta, aforista y antólogo al reunir en Marcas en la piedra una
decena de nombres del País Vasco, ya con coordenadas fiables y nítida
repercusión nacional.
En esta antología se despliega
un sondeo por los pasillos interiores de un género cuya labor es “resumir,
cristalizar y condensar”. En su decir paremiológico, el aforismo requiere la
terquedad del laconismo, un marco autosuficiente que edifique la frase feliz
con el mínimo roce de elementos verbales en un ejercicio de depuración y
síntesis. Al sondear en el tiempo el legado cultural vasco, aflora una
sociología con textura convivencial que sirve de pauta a una
sensibilidad colectiva. De ella participa, según el antólogo, un aforismo
diverso, abierto e implicado en el fluir. Sin embargo, su
cultivo muestra también los rasgos subjetivos que propician la renovación
constante del pensamiento. De ese trasfondo compartido, cuyo mérito esencial es
ser capaz de extraer del magma común algunas constantes individuales, da cuenta
esta selección cuyos vértices principales aglutinan cuatro tendencias: “el
aforismo de corte clásico, el humorismo puro, el aforismo discursivo y
filosófico (o político o reivindicativo) y el aforismo poético”. Se comenta
también que la nómina elegida no pretende establecer un canon sino trazar una
panorámica parcial que, naturalmente, deja fuera algunas propuestas de interés,
bien por su carácter inédito o por circunstancias de distinto calado, como la
inminente salida editorial, o el origen geográfico del autor que condiciona su
integración en este escaparate aforístico.
Al abordar el periplo singular de cada aforista, Aitor francos añade
unas breves notas en las que se comentan los pormenores que estuvieron en el
germen de algunas composiciones. Así explora el activo lacónico de Patxi
Andión, siempre marcado por su biografía musical que puso un marco sonoro
generacional. Pero son los textos quienes trazan el definitivo sustrato, ese pensamiento mínimo sobre los contornos más significativos de lo
evidente que aglutina filosofía y crítica existencial de modo fragmentario. Los
textos del profesor cantautor tienen un fuerte refrendo reflexivo: “Nada deja
de ser lo que es mientras pueda verse en otros ojos”, “El pensamiento es un
trazo del vuelo que no se adivina”.
El sujeto político y humanista de Ángel Gabilondo condensa un fuerte sentido del humor que aporta a la cartografía social una
mirada sostenida. La solemnidad merece tacón bajo para que el sentido común
pueda mirar de frente. Así es palpable en este decir breve un aire crítico,
próximo al escepticismo, que mira los decorados para desmontar tramoyas. Al
cabo “Por más que aprendamos, también crece lo que desconocemos”. La selección fortalece un aforismo convencido
y convincente, vestido por un cálido sentido del humor y, en ocasiones, con una
ironía con voluntad de saber y decir.
Nombre propio esencial en la codificación de la estrategia expresiva, Ramón Eder ha convertido la práctica aforística en camino de dirección única.
Así secuencia entregas que fortalecen una voz ética y despliega destellos
indagatorios sobre el estar cotidiano. Su caligrafía entrelaza prudente movilidad
argumental, humor a media voz, inteligencia ligera y sentido común. Son
ingredientes que ponen su producción en primera línea y a la cabeza del género.
Juan Kruz Igerabide es un escritor prolífico que aborda una senda
creadora plural, desde la literatura infantil al decir breve. Su paremia
cimenta sociología y ética, y aporta una mirada paradójica que hace de la
escueta geografía de lo real un espacio de intolerancia pacífica, donde
conviven “salvados, condenados y atónitos”.
En la personalidad de Karmelo C. Iribarren prevalece el poeta. Sus
versos multiplican ediciones y reconocimientos. En ellos encontramos una clara
afinidad entre el sujeto poético, la fuerza verbal de sus codas y los pensamientos breves de Diario de K. La intimidad del yo
personaje promueve un afán de búsqueda que ajusta cuentas con imposturas
propias y ajenas: “A los que carecemos de imaginación, sólo nos queda la vida
diaria pasando; es decir: un filón inagotable”. De ese sustrato los aforismos
son muestra y espejo, un escaparate de experiencias verbales que compendia
humor y sabiduría.
Clave esencial en la arquitectura cultural vasca, donde ha logrado
extenso reconocimiento crítico, Tere Irastortza explora con su obra géneros
como la poesía, la traducción, el ensayo y el aforismo. Su escritura concisa
aborda con frecuencia lo metaliterario y se define por su enfoque cercano al
hábitat desde una conciencia de aceptación del devenir y de evocación y
recuerdo de los valores primarios. En su quehacer, escribir es adentrarse en
las percepciones de un sujeto plural, que descubre confluencias entre lecturas
y experiencia: “La escritura nos muestra, lo que nos ilumina, no es más que un
borrador.
También Karlos Linazasoro personifica un abrumador legado creativo que
ha trazado sendas en todos los géneros. Su aforística se agrupa en los libros Lo que no está escrito y Nunca mejor dicho. Sus breves recuperan
la paradoja y tachan lo solemne para construir un lenguaje de lúcida expresión,
que radiografía el discurrir de la conciencia con una estela de ironía
cómplice. Esta antología presenta una estupenda selección, cuajada de aciertos.
La biografía aforística de Ana Urkiza cuenta con dos títulos, Lo que queda de ayer y No hay vuelta para adelante publicados en
euskera y presentados en castellano por Trea con el título Un hermoso lugar la felicidad. Componen una parcela significativa
en una obra muy extensa que acoge distintos lectores, desde el público infantil
y juvenil, hasta géneros de madurez como el relato y la poesía. Se percibe en
su paremia un guión reflexivo, una introspección marcada por el tiempo que
incide con frecuencia en lo social y no desdeña el humor en sus análisis.
Del trabajo incansable de Gabriel Insausti da fe una obra que integra
narrativa, poesía, literatura de viajes, aforismos, traducciones y ensayos junto a ediciones de clásicos. Los rasgos que definen su aforística son la
precisión semántica, el sustrato cultural, la reflexión sociológica y esa
mirada a la ética como norte del fluir de la conciencia.
Más que aforismos al uso, abundantes textos mínimos de Beñaz Arginzoniz
son fragmentos metapoéticos que buscan clarificar la razón del poema. Sus
breves formulan ideas de amplia profundidad lírica, lejos de la sorpresa
conclusiva o del desenlace ingenioso del aforismo habitual. No obstante, la
muestra del autor integra frutos más convencionales, como los extraídos de Un mundo para Marina o los integrados en
Extrañas flores y otros fragmentos de un
diario póstumo.
La fertilidad creadora de Juan Manuel Uría ha dejado en un corto espacio
temporal entregas poéticas, realizaciones plásticas y aforismos. Sus voces
breves persiguen conexiones insólitas (“Donde muere lo obvio, nace el poema”)
que abordan la ruptura de lo previsible y dan voz al sentido común mediante un
discurso paremiológico que pisa firme el sustrato ligero del humor: “La
realidad es como el chuletón: poco hecha y con un buen puñado de sal”. También
resalta en su escritura la voluntad dispuesta de un observador implicado que no
duda en comentar las marcas desaliñadas de la realidad.
La cercana presencia literaria de Ander Mayora corrobora la excelente
amanecida de La clemencia del tiempo,
con prólogo de Enrique García Máiquez. Su continuidad, El páramo presenta el merodeo del decir breve por la introspección
y por las perspectivas de un devenir existencial al albur de los días. Limpios
y directos, los aforismos de Ander Mayora formulan una ascesis de creencias
personales que no renuncia al sentido crítico con una sociedad banalizada, que
viaja hacia un pensamiento uniforme y de consumo inmediato.
Gran acierto el de Aitor Francos: no incluirse a sí mismo en la
antología, aunque su minimalismo singular lo merece. Y muy atinada esta imagen
global del aforismo vasco contemporáneo que se libra de cualquier localismo y postula en la estrategia discursiva del género un grupo de autores estable
y fuerte, que personifica un compromiso personal con el aforismo repleto de
fuerza literaria, siempre propicio al sol de mediodía.
Estupendo análisis, poeta, y se agradece la dedicatoria al querido PATXI ANDION. Abrazos y buen día!!
ResponderEliminarEs un día triste, Luis, por ese dolor desapacible de la ausencia de Patxi Andión. En el volumen queda su último trabajo, una selección de aforismos que habla de su sensibilidad y de su pensamiento. Fuerte abrazo.
Eliminar